Viernes 29 de marzo de 2024

Mons. Buenanueva: Al pedir "el pan cotidiano", Jesús nos invita a vivir como Él

  • 7 de marzo, 2017
  • San Francisco (Córdoba)
En una nueva entrega de su reflexión semanal sobre el padrenuestro, el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, se centró este primer domingo de Cuaresma en el fragmento "danos hoy nuestro pan de cada día", la primera de las cuatro peticiones que contiene la oración.
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En su columna semanal sobre el padrenuestro, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, obispo de San Francisco, reflexionó sobre la primera de las cuatro peticiones que contiene la oración: "Danos hoy nuestro pan de cada día".

El obispo explicó que, en sus peticiones, el padrenuestro refleja las necesidades del corazón humano, tal como las experimentó el mismo Jesús. En el desierto que propone el tiempo cuaresmal, monseñor Buenanueva invitó a aprovechar este espacio privilegiado de encuentro con Dios, como lo vivió Jesús.

Después de cuarenta días de ayuno, detalla el obispo, y tentado por el demonio, Jesús nos ilumina con su respuesta: "No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" y nos enseña a nutrirnos de la Palabra de Dios, "alimento fundamental de su vida", que le permitió resistir en el momento de la prueba. "Sintiendo el hambre en su cuerpo, se descubre saciado por el pan de la Palabra de su Padre que le llena la vida", agrega el obispo.

"Alimentarse cada día de las Escrituras es disponerse a la aventura más grande que puede vivir un ser humano: escuchar a Dios que, como Padre amoroso, le habla, le tiende la mano y lo invita a caminar", afirma.

En vísperas de su entrega, Jesús también dejó a los suyos el sacramento del pan eucarístico, para que sus discípulos nos alimentemos "cada día de nuestra vida con el pan sabroso de la Palabra de Dios y de su cuerpo resucitado para la vida del mundo".

Cuando Jesús invita a suplicar el pan de cada día al Padre del cielo, los invita a vivir como Él, destaca monseñor Buenanueva, "sabiendo que la vida es un don que, también cada día hay que acoger y entregar con la misma lógica de amor, gratuito y generoso". En estas cosas esenciales, añade, no cabe "el cálculo, el interés o la especulación. La vida, o se vive como don, o se malgasta y se pierde."

"Suplicar al Padre el pan cotidiano, con Jesús y como él, es ponerse en esta sintonía fina del amor hasta el fin. Es dejarse transformar por la misma sensibilidad de Jesús que, suplica y enseña a pedir el pan cotidiano, y, por lo mismo, se siente cercano a todos los mendigos de la vida: los pobres, los enfermos, los rechazados, los olvidados y despreciados", reflexiona el prelado.

Esta petición sólo puede ser pronunciada, subraya, por quienes viven sirviendo a Dios y no al dinero, los que buscan el reino de Dios y su justicia sabiendo que lo demás se dará por añadidura. "Los que viven esta forma de vida entienden la petición del pan de cada día", expone monseñor Buenanueva, con referencia en el pensamiento del teólogo José A. Pagola.

Para finalizar, el prelado explica que "el pan vivo que pedimos al Padre es, en definitiva, Jesús mismo, su Palabra, su Eucaristía, su corazón y sus sentimientos en nosotros. Es su Espíritu".+

Texto completo de la reflexión