Mons. Barba: Que el Espíritu Santo ayude a construir una Iglesia revivida y en unidad
- 7 de junio, 2022
- San Luis (AICA)
En la solemnidad de Pentecostés, el obispo de San Luis compartió la vigilia junto con jóvenes del norte de la diócesis que esperaron la venida del Espíritu Santo.
Con motivo de la solemnidad de Pentecostés, los seminaristas de la diócesis de San Luis organizaron, del 3 al 5 de junio, un retiro para jóvenes de ciudades y pueblos aledaños que están en el norte de la provincia, con el propósito de prepararse y esperar la venida del Espíritu Santo. El lugar elegido fue el monasterio Santa María en la Santísima Trinidad, de Merlo, donde acudió el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba, para compartir la vigilia y celebrar la Eucaristía.
En la homilía, monseñor Barba señaló: “Celebramos el misterio de Dios en esta fiesta de Pentecostés y esta liturgia, sin duda nos va metiendo, pedagógicamente en el Misterio, nos ha ido enseñando y recordando todas las cosas propias del Espíritu Santo. Seguramente a cada uno de los que participamos, nos habrá ido diciendo cosas distintas de acuerdo a nuestras necesidades, pero también a todos juntos, el Espíritu Santo nos va a dar un mensaje común que tiene que ver con la unidad”.
“No existe Iglesia sin la unidad. La unidad es lo propio de la Iglesia. Entonces, también, los dones que descienden sobre cada uno es el don de la Iglesia, que es el Espíritu Santo que da la unidad”, agregó, al tiempo que señaló que “en este caso celebramos esta vigilia de Pentecostés en nuestra iglesia de San Luis y eso recibimos y eso le pedimos”.
Rememorando que Pentecostés es una fiesta que remonta a las celebraciones judías y que tiene que ver con los 50 días después de la Pascua, monseñor Barba exclamó que “Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, Él es nuestra Pascua. Es el fuego del Espíritu Santo que viene a renovar, que viene a hacer nuevas todas las cosas. Que viene a renovar el interior de cada uno. Que viene a renovar la Iglesia”.
Seguidamente, recordó que la fiesta de Pentecostés deja de ser la fiesta de las chozas, “para llegar a ser la fiesta del Espíritu del Dios con nosotros, que se refleja en la Iglesia, que ilumina a la Iglesia, la sostiene y la llena de vida con María, una presencia especial, con María, que a partir de ahora acompaña a su pueblo permitiéndonos decir que todas las generaciones la proclamamos ¡feliz!”
Asimismo, señaló que “vamos a tener que trabajar mucho y vamos a tener que prepararnos mucho”, porque “Dios quiere un rostro joven de nuestra Iglesia. Dios quiere que también nosotros, como Iglesia de San Luis, vivamos la Pascua para poder vivir la fiesta de Pentecostés”.
Por otra parte, reflexionó que “eso que vivieron los apóstoles lo tenemos que vivir nosotros, pues seguimos siendo la Iglesia fundada sobre los apóstoles, bajo la guía de Pedro”, y manifestó que “en esta vigilia vamos a pedir al Espíritu Santo que rompa nuestras durezas y que no tengamos miedo de aquello que se nos desmorona, es de Dios la muerte, es de Dios la muerte porque triunfa la vida”.
Por otra parte, el obispo pidió también que “nuestra iglesia de San Luis rompa también ese amor a uno mismo para solamente gastar nuestro tiempo en el amor a Dios. Romper aquellos proyectos que solo miran a nuestras seguridades y que construyamos una Iglesia revivida permanentemente por la fuerza del Espíritu, con la libertad de los hijos de Dios, animados por el Espíritu, con la fortaleza de la unidad que solo Dios puede dar”.
Finalmente, monseñor Barba deseó que la gracia del Espíritu Santo “nos anime, nos fortalezca, borre nuestras faltas, que nos de la eterna alegría”.+