Viernes 22 de noviembre de 2024

Mons. Aguer: "El Señor ha venido, viene y vendrá"

  • 4 de diciembre, 2018
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en el programa Claves para un Mundo Mejor emitido por canal 9 el sábado 1° de diciembre, dedicó su reflexión al inicio del tiempo litúrgico de Adviento, explicando que "Jesús vino, vendrá y viene, porque "Cristo no es un personaje del pasado, es también del futuro y es un personaje de nuestro presente".
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El arzobispo emérito de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en el programa Claves para un Mundo Mejor emitido por canal 9 el sábado 1° de diciembre, dedicó su reflexión al inicio del tiempo litúrgico de Adviento, explicando que "Jesús vino, vendrá y viene, porque "Cristo no es un personaje del pasado, es también del futuro y es un personaje de nuestro presente".

"Estamos comenzando -recordó el prelado- el tiempo litúrgico de Adviento, un período de cuatro semanas preparatorio de la Navidad. Adviento significa venida, llegada. Efectivamente estamos preparándonos para celebrar la venida, la llegada, la primera venida de Cristo".

"Por eso podríamos decir que, en estas cuatro semanas, espiritualmente tendríamos que acompañar a la Virgen María, mientras el Verbo de Dios hecho carne en su seno, por obra del Espíritu Santo, iba creciendo hasta el momento del parto virginal en esa Nochebuena que esperamos celebrar".

"Pero este tiempo de Adviento -explicó-, esta espera de la celebración de la primera venida del Señor, que es un hecho del pasado, el hecho histórico más importante de la historia humana, nos lleva también a pensar en la segunda venida de Cristo en la que creemos, la que confesamos en el Credo cuando decimos "de nuevo vendrá con gloria a juzgar a vivos y muertos".

"En las primeras semanas del Adviento la atención de la Iglesia está centrada en la segunda venida de Cristo, que Cristo volverá, que Cristo vendrá a buscarnos. Luego sí, del 17 al 24 de diciembre todos los textos litúrgicos se refieren al Nacimiento, pero al principio el Adviento aparece como el enfoque de la segunda venida de Cristo, como que Cristo está viniendo para juzgar al mundo".



"Podríamos decir que Jesús vino, vendrá y viene. Viene porque llega constantemente a las almas, a nuestras almas, a través de la escucha de su Palabra; viene por la fe, viene sobre todo por la Eucaristía, pero está en nosotros y está en el mundo. Ahí está la cuestión: Cristo no es un personaje del pasado, es también del futuro y es un personaje de nuestro presente".

"La semana pasada -prosiguió el arzobispo emérito- festejamos a Cristo Rey y el significado de esta advocación es que Cristo glorioso es el Señor de Cielo y Tierra a causa de su primera venida, de su encarnación, de su muerte y resurrección, y en su segunda venida manifestará plenamente su gloria. Nosotros lo esperamos para recibir de él, como confiamos, esa sentencia benevolente que nos lleve consigo y nos ponga del lado de las ovejas y no del lado de los cabritos como dice el Evangelio; a la derecha y no a la izquierda. Y aclaro que esta localización no tiene ningún sentido político, sino que está descrita en el Evangelio de San Mateo".

"Este tiempo de Adviento -subrayó- nos tiene que comprometer a prepararnos en serio para la Navidad y a que tengamos una Navidad cristiana. Ya volveremos a hablar de esto y sabemos qué difícil que es vivirla porque la Navidad se ha convertido en una fiesta que nadie sabe bien para qué, ni qué se está celebrando en ella. Exageré un poco. Pero es cierto que hay mucha gente que no sabe qué celebra el 24 o el 25 de diciembre. Nosotros sí sabemos y por eso tenemos que tratar de prepararnos bien espiritualmente, para que en cada Navidad Cristo renazca en nosotros otra vez. Él que vive en nosotros, que en Navidad nos conceda una gracia de renacimiento, de resurrección espiritual, de una adhesión mayor a Él y a su enseñanza".

"Decía al principio que Jesús está presente en nosotros por su Palabra; por eso le pedimos que nos ayude a conocer más su Palabra, las enseñanzas de Cristo, lo que la Iglesia nos enseña en nombre de Cristo, y hacer de eso nuestra vida y que otra vez Cristo sea el sentido de nuestra existencia.

"Si no lo vivimos así nosotros, ¿cómo vamos a hacerlo presente en la sociedad? En esta sociedad que sabemos está descristianizándose aceleradamente, o está ya profundamente descristianizada, nosotros tenemos que dar testimonio de Cristo afirmando nuestra fe. El Señor ha venido, viene y vendrá, y es el que da sentido a todo lo que existe, en virtud de su realeza universal. El hombre Jesucristo, que es personalmente Dios, es el centro y fin de la historia humana", concluyó.+