Domingo 24 de noviembre de 2024

Mirada, cuidado y comunión: los llamados en la Misa Crismal 2023

  • 11 de abril, 2023
  • Buenos Aires (AICA)
Los obispos argentinos presidieron la celebración en sus respectivas catedrales, en la que consagraron el Santo Crisma y bendijeron los óleos de los catecúmenos y de la unción de los enfermos.
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Los obispos argentinos presidieron, en sus respectivas catedrales, la celebración de la Misa Crismal, en la que se consagra el Santo Crisma, se bendicen los óleos de los catecúmenos y de la unción de los enfermos, y se renuevan las promesas sacerdotales.

Mons. Cargnello: Dar razón de nuestra esperanza
“Nosotros somos servidores de la fe del Pueblo de Dios, somos los pedagogos que ayudamos a caminar a los hermanos hacia el Bautismo y desde el Bautismo, en la vida nueva de la fe. Nuestra responsabilidad es vivir intensamente nuestro ser cristiano, abriéndonos al Yo de Dios en la dinámica del amor de Jesús, que dio su vida por los hermanos”, destacó el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, al presidir el miércoles santo la celebración en la catedral Basílica de Salta y Santuario del Señor y la Virgen del Milagro.

Mons. Scheinig: La mirada del corazón puesta en Jesús
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, presidió la Misa Crismal en la catedral Basílica Nuestra Señora de las Mercedes, donde aseguró: “Todos necesitamos renovar esa mirada atenta en Jesús para sentirnos, una vez más, cautivados por Él y también por su misión. Si nuestro corazón se distrajera, si dejásemos de mirarlo, nos iremos desencantando, desalentando, desmotivando, y nuestra vida correría el riesgo de volverse rutinaria e insulsa. Pero Él todo lo puede, en Él todo es posible. Si sostenemos nuestra mirada en Él, seguramente, podremos volver a sentir, como en ese primer día, el del primer amor, esa mirada suya que nos atrae misteriosamente, nos conquista, nos gana, nos enamora y nos llama, para estar a su lado y hacer todo lo que Él nos diga”.

Mons. Stanovnik: La persona ungida es aquella a la que se le confía una misión
“La unción crismal que todos hemos recibido, y que nos iguala ante Dios y ante los demás en calidad de hijos y de hermanos, es aquella que se nos dio en el Bautismo. Sumergidos en la muerte y resurrección de Cristo, nos ungen para el combate contra el mal y nos perfuman para caminar juntos todos. Esa es nuestra identidad cristiana y nuestra misión”, afirmó el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, en su homilía al presidir la Misa Crismal en la catedral Nuestra Señora del Rosario.

Mons. Puiggari: ser transparencia de Cristo en medio del rebaño
El arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, recordó en la Misa Crismal que tanto el pueblo de Dios como los sacerdotes están llamados a compartir la misma misión de Cristo, como Cabeza y Pastor de la Iglesia. Asimismo, enfatizó que, como ungidos, los sacerdotes deben comprometerse a prolongar la presencia de Cristo, siguiendo su estilo de vida y siendo una transparencia viva en medio del rebaño que se les ha confiado.

Mons. García: "Volvamos al primer Amor"

"Hoy renovamos las promesas sacerdotales. No es la firma de un plazo fijo, con pobres intereses. Es volver al primer amor con estupor y abiertos a la novedad; no, inocentemente, sino con la madurez, la carga, el amor y, a veces, las heridas de los años transcurridos. Ponemos lo que hoy somos, para ser abrazados nuevamente y renovados por el amor del Padre", recordó el obispo de San Justo, monseñor Eduardo Horacio García, al presidir la misa crismal en la catedral matancera.

Mons. Margni: sacerdotes en medio de un pueblo sacerdotal
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Julián Margni, presidió la celebración de la Misa Crismal en la catedral Nuestra Señora de la Asunción, donde recordó: “Ministerio sacerdotal y comunidad cristiana son realidades inseparables, y así quisiéramos vivirlas. El sentido de nuestra vocación y misión en la Iglesia solo se ilumina a la luz de esta pertenencia nuestra, a la vez profunda y muy concreta, al pueblo de Dios, al que no sólo servimos sino del que, en primer lugar, somos parte”.+