Multitudinaria peregrinación al Cristo de la Quebrada en San Luis

Los peregrinos recorrieron los más de 40 kilómetros que separan la capital provincial con Villa de la Quebrada. Presidió la misa el obispo local, monseñor Gabriel Barba.

Una multitud de fieles, estimada en 200.000 personas, de San Luis y otras provincias participaron el 3 de mayo de la fiesta del Santo Cristo de la Quebrada, una de las festividades religiosas más convocantes de esta región del país. 

Los peregrinos recorrieron a pie, en bicicleta y a caballo los más de 40 kilómetros que separan la capital de San Luis con Villa de la Quebrada, con cantos y oraciones para venerar, pedir y agradecer al Santo.

Luego de la llegada de los peregrinos, el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba, celebró la misa en la puerta de la parroquia del Santo Cristo de la Quebrada. Concelebraron sacerdotes de la zona y participaron la presidenta provisional del Senado, María Angélica Torrontegui; la intendenta de Villa de la Quebrada, Rosa Calderón; la candidata a vicegobernadora, Eugenia Catalfamo; los ministros de Hacienda Pública, Eloy Horcajo, y de Salud, Cristian Niño; junto con otros funcionarios del gabinete provincial.

“Que algo tan pequeño como la imagen de este Cristo, crecida en un árbol que lo cobijó hasta que llegó un hacha de don Tomás, lo descubrió y liberó, y que la naturaleza lo guardó hasta el momento oportuno y hoy nos lo entregó a todos, encierra tanto. Esta imagen tan pequeña representa tanto”, destacó el obispo en la homilía.

Seguidamente, recordó que “celebrar estas fiestas patronales nos tiene que llevar a mirar nuestra vida desde la luz del Cristo crucificado. Desde este Señor tan pequeñito, pero que viene a cambiar nuestra vida, porque Cristo siempre va a transformar la muerte en vida”.

El prelado aseguró que “el mundo de hoy nos va imponiendo distintos criterios y distintos valores que no son tales. ¿Qué nos dice Jesús en la cruz que ni ropa tiene?, Venir hoy aquí a la Villa y estar frente a nuestro Cristo y Señor, que sea desde lo más profundo de nuestro corazón. Como personas, individuos y como pueblo digamos: '¡Aquí estamos!'”.

Asimismo, manifestó: “Queremos también que Dios escriba una historia distinta en nosotros y que transforme nuestras muertes y nuestras sombras en signos de vida y esperanza”.

Finalmente, “como pueblo de San Luis y como feligreses que venimos de tantos lados tan distintos, nos ponemos frente al Cristo de la Quebrada y dejemos en él todas nuestras intenciones, necesidades y dolores, y pidamos que él sea entonces aquel árbol donde nos apoyamos; que saque permanentemente brotes nuevos porque confiamos en él. Porque sabemos que nunca nos va a abandonar, porque nos ama aún cuando nos equivocamos. Pero en la cruz, con su vida, nos levanta”.

Una devoción de más de 100 años
La devoción al Cristo de la Quebrada se originó en un hecho que según fuentes ocurrió entre 1847 y 1868, cuando Tomás Alcaraz, quien era propietario de tierras en la actual zona de Villa de la Quebrada, se encontraba buscando madera para la construcción de la casa de uno de sus hijos.

Así fue que encontró un algarrobo mediano y al utilizar su hacha, este desprendió una astilla, quedando al descubierto una cavidad y dentro de ella un crucifijo. Alcaraz le armó un altar con velas en su casa.

Al día siguiente el Cristo no estaba, nadie de la familia lo había movido del lugar, lo encontraron nuevamente en el árbol, lo que fue interpretado como que ese era su lugar y debían construir un templo.+