Viernes 22 de noviembre de 2024

Los obispos nicaragüenses piden solidaridad, amor y perdón para esta Navidad

  • 4 de diciembre, 2018
  • Managua (Nicaragua)
En su mensaje con motivo del tiempo de Adviento, la Conferencia Episcopal de Nicaragua, que preside el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, señaló que si bien son alarmantes los índices de violencia en esa nación, ven posible un nuevo horizonte para Nicaragua: "Dios tiene la última palabra sobre la vida y la historia de los pueblos, y por lo tanto, de nuestra propia patria", expresaron los prelados en su mensaje.
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En su mensaje con motivo del tiempo de Adviento, la Conferencia Episcopal de Nicaragua, que preside el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, señaló que si bien son alarmantes los índices de violencia en esa nación, ven posible un nuevo horizonte para Nicaragua: "Dios tiene la última palabra sobre la vida y la historia de los pueblos, y por lo tanto, de nuestra propia patria", expresaron los prelados en su mensaje.

"El mundo actual necesita también el testimonio de profetas no armados. Este principio de caridad evangélica debe ser nuestra fortaleza y aunque actúa paulatinamente y de manera silenciosa apunta a fundamentos sólidos", dijeron los prelados en el texto difundido el 2 de diciembre.

"Exhortamos a los nicaragüenses a no dejarse seducir por soluciones inmediatistas, sino actuar cívicamente porque la nueva Nicaragua necesita de líderes no violentos que conquiste, de la mano de Dios, metas de libertad y justicia", resaltaron los prelados.




"La no violencia activa rompe la lógica bélica en la que se ha enfrascado el mundo actual, donde las armas valen más que la persona humana", precisaron.

Por otra parte, recuerda el mensaje que "ningún cristiano puede casarse con las ideologías de turno. Esto es incompatible con el seguimiento de Jesús, pues no se puede servir a dos señores".

Los pastores llamaron a los nicaragüenses a volver "hoy más que nunca" a "las raíces cristianas", e indicaron que "ante las campañas de desprestigio y deshonra de las personas de Iglesia, debemos responder con mayor oración, penitencia y testimonio de vida".

"Recordamos que estamos ante una crisis que tiene profundas raíces en el pecado estructural o social. Por ello llamamos a la conversión a todos. Solo asumiendo el modo de ser de Cristo tendremos una perspectiva justa que busque el perdón y la reconciliación entre hijos de una misma nación".

En medio de la violencia, la inseguridad, las detenciones y las muertes de muchas personas, subrayaron los obispos, "la Iglesia de Cristo permanece y espera en su Señor. La óptica de la fe es la que nos permite esperar contra toda esperanza. Dios tiene la última palabra sobre la vida y la historia de los pueblos y por lo tanto de nuestra propia patria".

"Los gestos de solidaridad, de amor y de perdón son claves para enfrentar la violencia que busca generar círculos de muerte. En efecto, asumir lo humano fundamental es una forma de lucha cívica sobre todo cuando todos tomamos seriamente la libertad de expresión, la protesta pacífica, etc.".

Asimismo, señalaron que "los cristianos hemos de redoblar nuestra vida de oración y testimonio ante el temor y el pesimismo que intenta imponerse, primero en los corazones y luego en los estratos de la vida humana incluyendo a nuestras comunidades cristianas".

"Nadie ha de quedarse con los brazos cruzados ante el dolor de quienes, aunque siendo adversarios, no dejan de ser hermanos", precisaron.

Los obispos alentaron también a rezar pidiendo el don de la paz, ya que "los nicaragüenses ya sufrimos en carne propia los embates de la lucha fratricida. Esto no nos hizo más humanos, al contrario, abrió heridas que aún no han sido curadas y que todavía supuran odio y violencia".

Desde abril de 2018, Nicaragua vive una crisis social y política desatada a partir de fallidas reformas de seguridad social, lo cual generó protestas contra el gobierno de Daniel Ortega y un saldo de por lo menos 325 personas muertas, según organismos de derechos humanos locales y extranjeros; el jefe del Ejecutivo sólo reconoce 199 fallecidos.

La Iglesia católica fue mediadora del conflicto desde un inicio; sin embargo, el presidente llegó a afirmar que se trataba de un "golpe de Estado", ya que los opositores exigían su renuncia, por lo que el diálogo quedó interrumpido a mediados del año. +