Los jesuitas, primeros civilizadores de la Patagonia
- 8 de abril, 2014
- San Carlos de Bariloche (Río Negro) (AICA)
El año pasado se cumplieron 340 años de la muerte del padre Nicolás Mascardi, un intrépido pero olvidado sacerdote jesuita, misionero en el siglo XVII, que en 1670 fundó la primera misión de los indios poyas y puelches, junto al Nahuel Huapi, en el actual territorio argentino. Nació en Roma, Italia, en 1625. De origen noble y gran matemático, ingresó en la Compañía de Jesús y fue asignado a las misiones en el sur de Chile. Misionó en la zona de los lagos del Neuquén hasta 1673, en que murió asesinado por el cacique Antullanca, a la altura del paralelo 47.
Con los indios poyas recorrió la cordillera de los Andes hasta el estrecho de Magallanes, en busca de la legendaria Ciudad de los Césares.
En su tercera expedición cruzó la Patagonia hasta el río Deseado y el océano Atlántico. Fue el primer ascensionista de los Andes patagónicos, el primer gastador de sus bosques vírgenes y misteriosos, el primer blanco que unió el Pacífico con el Atlántico. Antes de ir a Neuquén, había dirigido el colegio de Chiloé, en Chile, y bautizado a 10.000 indios.
Mascardi es el primer explorador del sur argentino, y un bello lago de la Patagonia perpetúa su nombre. También un gran vitral policromado representando el martirio del padre Nicolás Mascardi está en la catedral de San Carlos de Bariloche.
Otros jesuitas continuaron la obra del padre Mascardi. En 1684 el padre José de Zúñiga, que fundó una nueva misión junto al lago Huechulafquen. Prosiguió la evangelización de los puelches y poyas el padre Felipe van der Meeren, llamado también Felipe de la Laguna, quien reorganizó la misión de Nahuel Huapi en 1704. En 1707 murió envenenado por los indios.
El fue quien introdujo, en 1703, las primeras ovejas de la Patagonia, escribió las gramáticas y vocabularios de las lenguas indígenas, enseñó a hilar y tejer la lana a los indios y plantó los primeros manzanos. Más tarde la región se llamó El País de las Manzanas, y al cacique principal, hasta la total rendición de los invasores araucanos en 1885, se le apellidará El Rey de los Manzaneros.
Un siglo antes de que se efectuaran las expediciones de Biedma y Villarino, los jesuitas ya habían establecido centros de cultura a orillas del lago Nahuel Huapi.+