Jueves 21 de noviembre de 2024

Los Hogares de Cristo peregrinaron por la ciudad de La Plata

  • 6 de marzo, 2023
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
En el último destino antes de regresar a Buenos Aires, la Virgen de Luján peregrinó por la arquidiócesis platense para llevar el mensaje "Ni un pibe menos por la droga".
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La peregrinación de la imagen de la Virgen de Luján que inició la Familia Grande del Hogar de Cristo en 2022, visitó la arquidiócesis de La Plata del 2 al 5 de marzo, último destino de su camino que comenzó con el propósito de celebrar los 15 años de la creación de los hogares y los 10 años del pontificado del papa Francisco. El sábado 11 de marzo se celebrará la misa en Luján.

Con el lema “Ni un pibe menos por la droga”, la delegación arribó a la ciudad platense el jueves 2 de marzo. Al día siguiente a las 8.30 se compartió un desayuno y luego se realizó una jornada social espiritual con la visita al Complejo Penitenciario N°1 de Olmos por parte de un grupo de peregrinos, donde se llevó a cabo el lavatorio de pies. En esta ocasión fueron invitadas las pastorales y el director del Servicio Penitenciario Bonaerense, Xavier Areses.

Luego, se compartieron diversas actividades recreativas y por la tarde hubo actividades recreativas en el predio del seminario menor. A las 17, los peregrinos misionaron al barrio Gutiérrez. 

Por su parte, el sábado 4 la caravana partió hacia el centro barrial ubicado en las calles 33, 1 y 115, donde hubo desfiles y bailes. Por la tarde se desarrolló una jornada cultural espiritual con una peregrinación bailada en el Santuario de la Virgen de Luján (basílica San Ponciano) hasta el centro barrial. Allí, además, se montaron varios stands de proyectos sociales y visibilización de la tarea social y pastoral en La Plata.

Finalmente, el domingo 5 a las 12 el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, celebró la misa en la catedral. En la homilía, expresó: “Quiero agradecerles este paso por la ciudad de La Plata, porque estoy seguro que, más allá del calor agobiante, los contratiempos, la mayor o menor respuesta, el paso de ustedes por cada lugar es una bendición. Queda detrás de ustedes una ola de esperanza”.

“Yo lo sé porque el Señor prometió que la fraternidad y la misericordia dan muchos frutos, y estos hermosos Hogares de brazos abiertos son un canto a la fraternidad, a la compasión, a la misericordia”, agregó.

Asimismo, manifestó que “en cada uno de estos hogares se convive, y se aprende a convivir. No siempre nuestras familias han sido un aprendizaje de perdón, de paciencia, de profundo respeto por la identidad ajena, de valoración del otro, y muchas veces tenemos que aprender estas cosas después”. “Los Hogares de Cristo son esas casas donde se va aprendiendo, con caídas y levantadas, a ser hermanos, a crear esos lazos que reflejan maravillosamente al Dios Trinidad”, continuó.

Monseñor Fernández señaló además que en cada uno de estos hogares “se aprende a mirar, o mejor a contemplar al otro, a reconocer en él la imagen divina, esa grandeza impresionante que se esconde detrás de sus límites, debilidades y angustias”.

"En cada uno de estos Hogares se aprende a mirar, o mejor a contemplar al otro, a reconocer en él la imagen divina, esa grandeza impresionante que se esconde detrás de sus límites, debilidades y angustias. Es misterioso y mágico mirar así, no es terreno, no es lo que propone este mundo, es extraordinario, como lo pide Jesús en este evangelio de hoy. Pero fijate en lo que se propone en los medios: ¿cómo te proponen mirar al inmigrante, al indígena, al preso, al cartonero? En nuestra sociedad ellos y tantos otros son mal mirados", reflexionó. 

“El Papa Francisco nos regaló su encíclica Fratelli tutti para recordarnos que en nuestras fibras más íntimas está ese grito, ese llamado a caminar juntos, pero que nunca lo vamos a aprender si no logramos mirar a los demás de otra manera, si no podemos reconocer la enorme, la inmensa dignidad que tiene un ser humano, no importa el aspecto que tenga, la capacidad que tenga, la orientación sexual que tenga. Como venga, como es, me guste o no me guste, es tremendamente valioso, más que nada en este mundo, más que nada en esta ciudad”, exclamó. 

En este sentido, subrayó: “Los hogares de Cristo nos interpelan a todos, a nuestras parroquias, a nuestros colegios e instituciones, para que en cualquier lugar y tarea aprendamos a desarrollar esta mirada que lo cambia todo, que hace posibles comunidades luminosas”. 

El arzobispo platense destacó también que los hogares de Cristo, que nacieron bajo la inspiración de Francisco, “son lugares donde esa mirada alimenta, donde esa mirada cuida, donde esa mirada acompaña y sana el abandono del alma lastimada, donde esa mirada abriga, donde esa mirada cura los corazones rotos, donde esa mirada crea fraternidad y amistad para dejar de sentirse solos en este desierto de la vida”.

Finalmente, pidió al Señor que esta peregrinación “deje una marca en los corazones de ustedes, deje una preciosa bendición que los haga más bellos por dentro, más creyentes y más hermanos de todos”.+

» Texto completo de la homilía