La Virgen María en la cultura popular argentina
- 25 de septiembre, 2014
- Buenos Aires (AICA)
Educa, la editorial de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA), acaba de estampar y poner en circulación el libro "¡Achalay mi Virgen! María en el folklore argentino", escrito por Olga Fernández Latour de Botas, miembro de número de la Academia Argentina de Letras y de la Academia Nacional de la Historia. La autora es seguramente hoy la más alta autoridad en la Argentina en materia de folclore, historia y filología. Esta publicación reconoce su matriz en la tesis doctoral de la conocida y prestigiosa investigadora y ella ha sido posible debido a una labor de adaptación realizada por Víctor Manuel Fernández, el arzobispo rector de la UCA.
La autora es seguramente hoy la más alta autoridad en la Argentina en materia de folclore, historia y filología. Esta publicación reconoce su matriz en la tesis doctoral de la conocida y prestigiosa investigadora y ella ha sido posible debido a una labor de adaptación realizada por Víctor Manuel Fernández, el arzobispo rector de la Universidad Católica Argentina.
En esta obra, la autora, heredera de la labor señera realizada por personalidades de la talla de Juan Alfonso Carrizo, Augusto Raúl Cortázar, Bruno Jacovella y Julián Cáceres Freyre, pasa una prolija revista a las distintas expresiones culturales que registra la Virgen María en la religiosidad del pueblo cristiano en el escenario argentino.
Luego de una introducción a las ciencias del folclore, Fernández Latour sitúa su investigación en el marco local y a continuación se refiere a la herencia mariana española. La evangelización de América constituyó una epopeya de signo claramente mariano, como acredita el nombre no ya solamente de la primera carabela que portaba al descubridor, la Santa María, sino el de los innumerables accidentes geográficos y en particular de ciudades, incluso entre las más importantes argentinas, que remiten a Nuestra Señora del Buen Aire (patrona de los navegantes) o a la Virgen del Rosario.
Las advocaciones marianas se encuentran así multiplicadas en el suelo nacional, comenzando por la de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina.
Después de superada una cierta actitud crítica que campeó en la teología local en los años posteriores al Concilio Vaticano II, la religiosidad popular es hoy valorada en toda su riqueza, y esto es así en gran parte debido a la llamada Teología del Pueblo, una corriente nacida en los años sesenta con carácter autónomo y representativa de una visión original acerca de la evangelización. Esta vertiente se caracteriza por una teología encarnada en la historia que tiene en cuenta las realidades culturales de cada pueblo como sujeto real y primigenio de la vida cristiana.
Los documentos del episcopado latinoamericano como el de la conferencia de Aparecida (Brasil) en el año 2007 han contribuido a ver en la religiosidad popular un verdadero tesoro protector contra la filosofía materialista y uniformizante del secularismo, y el papa Francisco se ha hecho eco reiteradamente de esta viva realidad.
Fernández Latour recoge una enorme variedad de expresiones culturales representativas de la presencia de María en la cultura popular argentina, incluso danzas y bailes autóctonos (la autora posee una formación de base en esta disciplina) y finaliza estudiando la tradición mariana en diversos géneros poético-musicales, incluyendo textos de María Elena Walsh y Félix Luna.
Muchos fieles católicos ignoran que este distinguido historiador argentino es autor de letras de cánticos con sabor popular que ellos mismos entonan como parte de la liturgia. El papa Francisco asistirá en la Santa Sede y en las próxima Navidad a una representación de la Misa Criolla, una de las expresiones más reconocidas de la inculturación de la fe en la República Argentina, distinguible ahora con caracteres propios en el gran escenario de la Iglesia universal.+ (Roberto Bosca).