La imagen del Cristo de la Quebrada peregrinará por el noroeste de San Luis
- 17 de mayo, 2025
- San Luis (AICA)
Será del 19 al 23 de mayo y visitará las localidades de San Francisco del Monte de Oro, Luján, Quines, Candelaria y el complejo penitenciario Pampa de las Salinas.

La imagen del Cristo de la Quebrada, en la diócesis de San Luis, peregrinará del 19 al 23 de mayo por el noroeste de la provincia y visitará las localidades de San Francisco del Monte de Oro, Luján, Quines, Candelaria y el complejo penitenciario Pampa de las Salinas.
El obispado comunicó que con esta visita será posible ganar las indulgencias plenarias de este Año Santo Jubilar.
Para eso, recordaron que es necesario "determinarnos a seguir creciendo en el camino de la conversión, rechazando todo tipo de pecado, confesarnos, comulgar y rezar por las intenciones del Papa, y acudir al Cristo (cuando visite nuestra comunidad) y con espíritu de peregrinos, abrir el corazón para que nos colme con su misericordia y nos otorgue la indulgencia plenaria".
Historia de la devoción
La devoción al Cristo de la Quebrada tuvo su origen en un hecho ocurrido entre 1847 y 1868, cuando Tomás Alcaraz, propietario de tierras en la actual zona de Villa de la Quebrada, estaba buscando madera para la construcción de la casa de uno de sus hijos. Encontró un algarrobo mediano y, al clavarle un hachazo, de este se desprendió una astilla, quedando al descubierto una cavidad y, dentro de ella, un crucifijo.
Con amoroso cuidado, don Tomás lo tomó, montó a caballo y, presuroso, regresó a su casa, que se encontraba a una media legua. La noticia del hallazgo se difundió entre los vecinos de El Guanaco. En la zona no había memoria de que alguien perdiera un objeto de esa naturaleza o lo escondiera en la incipiente concavidad de un árbol en crecimiento; además, la imagen del Cristo no se había roto por el crecimiento del tronco que lo cubría.
Ese fue el primer milagro del Cristo de la Quebrada, en la versión sustentada por la tradición lugareña. Tomás Alcaraz le armó un altar con velas en su casa. Al día siguiente, el Cristo no estaba, aunque nadie de la familia lo había movido del lugar. Lo encontraron nuevamente en el árbol, lo que fue interpretado como que ese era su lugar y se debía construir allí un templo.
Don Tomás Alcaraz decidió levantar entonces el templo que custodiara la milagrosa imagen en el mismo lugar donde la había encontrado, el cual coincide con la explanada del actual Santuario.+