Viernes 26 de abril de 2024

La educación no genera división sino una humanidad más fraterna, dijo el Papa

  • 20 de febrero, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"La educación que tiene en el centro la persona en su realidad integral tiene el objetivo de llevarla al descubrimiento de la fraternidad, fuente de recíproco enriquecimiento", recordó esta mañana el papa Francisco al recibir a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Congregación para la Educación Católica.
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“La educación que tiene en el centro la persona en su realidad integral tiene el objetivo de llevarla al descubrimiento de la fraternidad, fuente de recíproco enriquecimiento”, recordó esta mañana el papa Francisco al recibir a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Congregación para la Educación Católica.



El pontífice inició su discurso señalando que “el campo de competencia del dicasterio los empeña a entrar en el fascinante mundo de la educación que no es nunca una acción repetitiva, sino el arte del crecimiento, de la maduración” dijo el Papa.



Francisco definió la educación como una “realidad dinámica”, un “movimiento” del cual delineó cuatro características: La primera, es la de ser un movimiento ecológico:



“La educación que tiene en el centro la persona en su realidad integral tiene el objetivo de llevarla a la consciencia de sí misma, de la casa común”, y sobre todo “al descubrimiento de la fraternidad, como relación que produce la composición multicultural de la humanidad, fuente de recíproco enriquecimiento”.



“Esto requiere, agregó, educadores capaces de reajustar los itinerarios pedagógicos de una ética ecológica, para que puedan ayudar eficazmente a crecer en solidaridad, responsabilidad y cuidado basados en la compasión".



Seguidamente el Santo Padre señaló que “la educación es un movimiento inclusivo, dirigido hacia todos los excluidos: los de la pobreza, los vulnerables a causa de las guerras y por las dificultades familiares y existenciales. Y se concreta en las acciones educativas a favor de los refugiados, de las víctimas de la trata de seres humanos, de los migrantes, sin ninguna distinción de sexo, de religión o etnia.



“La inclusión no es un invento moderno, sino una parte integral del mensaje salvador cristiano. Hoy es necesario acelerar este movimiento inclusivo de educación para frenar la cultura del descarte, originada por el rechazo de la fraternidad como elemento constitutivo de la humanidad”, subrayó.



Educar para la paz

“El movimiento educativo para la construcción de la paz – continuó- es una fuerza que hay que alimentar contra la ‘egolatría’ que genera la no-paz, las fracturas entre generaciones, entre pueblos, entre culturas, entre poblaciones ricas y pobres, entre hombres y mujeres, entre economía y ética, entre la humanidad y el medio ambiente”.



“La educación está llamada con su fuerza pacificadora a formar personas capaces de comprender que la diversidad no obstaculiza la unidad, sino que es indispensable para la riqueza de la propia identidad y la de los demás.”



La educación: Un movimiento de equipo

Otro elemento típico de la educación que resaltó el Papa fue “el de ser un movimiento de equipo”.



El Papa advirtió que este “movimiento de equipo” estuvo en crisis durante mucho tiempo por varias razones. “Por lo tanto, dijo, sentí la necesidad de promover el Día del Pacto Educativo Mundial el 14 de mayo próximo, confiando la organización a la Congregación para la Educación Católica”.



Es un llamamiento a todos los que tienen responsabilidades políticas, administrativas, religiosas y educativas para reconstruir la “aldea de la educación”.



Un encuentro, explica el Papa, que no tiene como objetivo desarrollar programas, sino encontrar el paso común "para reavivar el compromiso para y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e inclusiva, capaz de escucha paciente, diálogo constructivo y mutua comprensión".



Para la composición de un pacto educativo global, el pontífice animó a facilitar el crecimiento de una “alianza interdisciplinar y transdisciplinar” como “el principio vital e intelectual de la unidad del conocimiento en la distinción y el respeto de sus expresiones múltiples, correlacionadas y convergentes”.



Por último Francisco pidió a la Congregación que “continúen en la ejecución del programa para los próximos años, en particular en la elaboración de un Directorio, en la creación de un Observatorio Mundial, así como en la actualización de los estudios eclesiásticos y en una mayor preocupación por la pastoral universitaria como instrumento de la nueva evangelización”.



“Todos estos compromisos pueden contribuir eficazmente a consolidar el pacto, en el sentido que nos enseña la Palabra de Dios: El pacto entre Dios y el hombre, el pacto entre generaciones, el pacto entre pueblos y culturas, el pacto -en la escuela- entre maestros y alumnos y también padres, el pacto entre el hombre, los animales, las plantas e incluso las realidades inanimadas que hacen hermosa y colorida nuestra casa común", concluyó. +