La diócesis de Oberá celebró cinco años de vida
- 16 de junio, 2014
- Oberá (Misiones) (AICA)
La diócesis de Oberá, en la provincia de Misiones, vivió una jornada especial el pasado viernes 13 de junio, al honrar a su patrono, san Antonio de Padua, y conmemorar el quinto aniversario de su creación. Los actos comenzaron temprano con una solemne celebración eucarística presidida por el obispo diocesano, monseñor Damián Bitar, quien invitó a "ampliar la mirada y ensanchar el corazón", dar gracias a Dios por los dones recibidos y a acrecentar el fervor evangelizador.
Cada 13 de junio es un día particular en la ciudad de Oberá. Ese día hay asueto para los empleados estatales, y la comunidad se reúne, junto con peregrinos de ciudades aledañas, frente a la catedral para honrar a san Antonio de Padua, patrono de esta joven jurisdicción eclesiástica, creada el 13 de junio de 2009 por Benedicto XVI.
Monseñor Damián Bitar recordó el quinto aniversario e invitó a "ampliar la mirada y ensanchar el corazón" para orar por los sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosas y numerosos laicos "que entregan su vida en la misión evangelizadora en las 18 parroquias y numerosas capillas".
El obispo recordó que la celebración patronal es ocasión para elevar una sentida oración de acción de gracias: "Debemos reconocer que unas veces por el ritmo de vida que llevamos; otras veces porque pensamos más en lo que nos falta que en lo que tenemos o hacemos, nos cuesta ser agradecidos?"
"Hoy damos gracias a Dios por los beneficios recibidos de su Corazón compasivo y misericordioso; pero además, respetando las maneras de ser y de pensar de cada uno, queremos ser agradecidos los unos con los otros. Somos hermanos. Somos familia. No somos adversarios o competidores. ¡Todos estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto!", agregó.
Monseñor Bitar también sugirió, siguiendo los consejos del papa Francisco, tres frentes a fortalecer para contribuir al bien común de la sociedad: invitó a las autoridades presentes, y a los fieles en generar, a abrir caminos de diálogo, promotores de paz y servidores de los pobres y sufrientes.
"Sin duda ?observó- son muchos los pasos que se dan a nivel gubernamental y desde las diversas instituciones; son también muchísimos los esfuerzos cotidianos de padres, madres, abuelos, docentes, trabajadores, pero es mucho lo que queda por andar".
Finalmente, el obispo invitó a acrecentar el fervor evangelizador: "Impulsados por el testimonio del santo franciscano Antonio de Padua recobremos y acrecentemos el fervor en la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas".
"No lo olvidemos: la vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. Jesús nos llama a colaborar con Él y nos impulsa con la fuerza de su Espíritu. ¡Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio! Los cristianos tenemos el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable", añadió.
"Dios nos conceda la gracia de ser una diócesis con actitud misionera; callejera de la fe; casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas en la cual, más que el temor a equivocarnos nos mueva el temor a encerrarnos mientras afuera hay una multitud hambrienta y sedienta y Jesús nos repite sin cansarse: ¡Denles ustedes de comer!", concluyó.+
Texto completo de la homilía