"Hasta cada Eucaristía", dijo a modo de despedida monseñor Colombo
- 10 de julio, 2013
- San Ramón de la Nueva Orán (Salta) (AICA)
El obispo electo de La Rioja, monseñor Marcelo Daniel Colombo, dirigió una carta a la comunidad de Orán, diócesis que dejará próximamente, en la que manifestó: "Cuánto los quiero y qué importantes son para mí, cuánto siento tener que dejarlos y qué difícil me resultará decirles adiós en algún tiempo, cuando deba partir". "La diócesis de Orán, con su historia de servicio y compromiso con los pobres, se convertiría en mi nueva familia", aseguró. "Nos seguiremos viendo, hasta la fiesta de San Ramón, madurando el adiós para que sea un ?hasta siempre?, un ?hasta cada Eucaristía?, donde Jesús nos parte el pan", subrayó.
"Cuando llegué aquel 22 de agosto de 2009, sentí que nacía entre nosotros un vínculo fuerte, arraigado en la alegría de la Buena Noticia para esta parte de la Provincia de Salta y de la Argentina. Había tenida una intensa y apasionante experiencia de Iglesia, en mi diócesis de origen, Quilmes, Provincia de Buenos Aires. La diócesis de Orán, con su historia de servicio y compromiso con los pobres, se convertiría en mi nueva familia", aseguró.
"Fueron muchos los modos en que Ustedes ganaron rápidamente mi corazón. Por eso no me pesó lo abrupto del cambio de vida, de escenario y de personas. Venía de la ciudad, con sus desafíos y sus necesidades urgentes para toparme con yungas, cerros y montes que me conectaban con otras realidades no menos apremiantes como la necesidad de impulsar las vocaciones y los ministerios laicales, redescubrir el diaconado permanente, apreciar y fortalecer la presencia de la vida consagrada en sus distintos carismas, profundizar nuestro compromiso con la causa de los pueblos originarios y del medioambiente y aportar al bien común, en un diálogo constructivo con los actores sociales y políticos, desde la Doctrina social de la Iglesia, esa bella e intensa página concreta del Evangelio", agregó.
El prelado sostuvo que "puse la mano en el arado, como dice el Evangelio, sostenido en la confianza de ustedes que me animaban a apacentarlos, que me demostraban su cariño y cercanía con su lenguaje cálido y sereno, lleno de esa salteñidad maravillosa, con sus cantos vibrantes y sus tonadas. He aprendido mucho del ejemplo de sus familias, comunidades originarias, comunidades parroquiales y religiosas, de esa fe sencilla, serena, sin estridencias, fecunda a la hora de compartirse en gestos afectuosos, en celebraciones y fiestas, en visitas y misiones".
Tras expresar una palabra de afecto especial para los seminaristas, sacerdotes y religiosas, agradeció "por toda la vida compartida en estos casi cuatro años desde que comencé mi servicio entre ustedes".
"Voy cerrando este mensaje que brota de mi corazón de pastor, para abrazarlos y estrecharlos fuertemente, como cuando nos encontramos y saludamos en distintas ocasiones. Nos seguiremos viendo, hasta la fiesta de San Ramón, madurando el adiós para que sea un ?hasta siempre?, un ?hasta cada Eucaristía?, donde Jesús nos parte el pan. Dios los bendiga y fortalezca, los haga hoy cada vez más Iglesia de la Pascua, Iglesia de la Buena Noticia del Reino de Dios", concluyó.+
Texto completo de la carta