Domingo 24 de noviembre de 2024

Francisco rezó por niños y jóvenes ucranianos, "víctimas de nuestra soberbia de adultos"

  • 16 de marzo, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El papa Francisco participó de un encuentro con 2.000 estudiantes del instituto milanés "La Zolla" en la Basílica de San Pedro. Al finalizar, rezó una oración por los niños y jóvenes ucranianos.
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Al final de su encuentro con dos mil estudiantes del Instituto milanés "La Zolla" en la Basílica de San Pedro, Francisco recitó una emotiva oración por los más pequeños y  los jóvenes de Ucrania "que están viviendo bajo las bombas".

Señor Jesús, mira a estos chicos, bendícelos y protégelos, son las víctimas de nuestra soberbia de adultos". Niños y jóvenes "que viven bajo las bombas, que ven esta terrible guerra", expresó el papa Francisco al concluir el encuentro en la basílica de San Pedro con 2.000 estudiantes del instituto profesional "La Zolla", de Milán.

Antes de la oración, el Papa había pedido a los estudiantes milaneses que dirigieran su pensamiento "a los muchos niños y niñas que están en guerra y que están sufriendo". Ustedes tienen un futuro por delante, la seguridad de crecer en una sociedad de paz, "y en cambio estos pequeños tienen que huir de las bombas, con el frío que hace allí". "Hoy están sufriendo, a 3.000 kilómetros de aquí".

"Y ahora les pido que miremos todos a nuestro corazón y pensemos en los muchos chicos y chicas que hoy están sufriendo en Ucrania, ellos son como nosotros, como ustedes. Seis, siete, diez, catorce años y ustedes tienen un futuro por delante, la seguridad social de crecer en una sociedad en paz".

"En cambio, estos pequeños, incluso pequeñísimos, tienen que huir de las bombas, están sufriendo muchos con ese frío que hace allí... Pensemos. Que cada uno de nosotros piense en estos chicos y chicas, que están sufriendo a 3.000 kilómetros de aquí. Recemos al Señor. Yo haré la oración y ustedes con su corazón con su mente recen conmigo. Señor Jesús, te pido por los niños y las niñas, los chicos y chicas que están viviendo bajo las bombas, que ven esta terrible guerra, que no tienen nada que comer, que tienen que huir, dejándolo todo en casa... Señor Jesús, mira a estos niños, protégelos, son las víctimas de la soberbia de los adultos. . Juntos rezamos a la Virgen para que los proteja. Y así, en silencio, de pie, recibimos la bendición del Señor".

Antes de la oración final, el Papa dirigió un discurso a los jóvenes estudiantes, que acudieron acompañados por padres, docentes y abuelos. "Hay muchos abuelos aquí", comentó, dando lugar a su reflexión: "Es muy importante que ustedes, jóvenes y niños, hablen con los abuelos". El Instituto "la Zolla", escuela de inspiración cristiana, subrayó el Pontífice, "es una realidad preciosa para el territorio milanés y ofrece un apreciado servicio educativo en colaboración con las familias. Es importante construir una comunidad educativa en la que, junto con los docentes, los padres puedan ser protagonistas del crecimiento cultural de sus hijos".

Y este es el "pacto educativo", el diálogo entre padres y enseñantes. "Siempre hay diálogo, por el bien de los jóvenes, de los niños. Este pacto educativo, que se ha roto tantas veces, hay que mantenerlo siempre. El diálogo y también el trabajo conjunto, como hacen ustedes, padres y educadores. Es importante construir una comunidad educativa, esto es muy importante".

Así, el papa Francisco dejó a los chicos y chicas de Milán con "dos palabras que me salen del corazón: compartir y acoger". Y les pidió que las repitan con fuerza. Compartir, explicó el Papa, significa no cansarse de madurar junto a las personas que viven a su lado: compañeros de colegio, padres, abuelos, educadores, amigos".

Para esto, consideró, es necesario "trabajar en equipo": "Crecer no sólo en los conocimientos, sino también en tejer vínculos para construir una sociedad más unida y fraterna. Porque la paz, que tanto necesitamos, se construye de forma artesanal, a través del compartir.  No hay máquinas para construir la paz, no: la paz siempre se hace de forma artesanal. Paz en la familia, paz en la escuela... ¿Y cómo se hace artesanalmente? Con mi trabajo, con mi compartir".

La segunda palabra que Francisco dejó a los estudiantes fue acogida. El mundo de hoy, reiteró, "pone muchas barreras entre las personas. Y el resultado de las barreras son la exclusión, el descarte".

"Esto es peligroso, si se descarta. Incluso en la escuela -escuchen bien esto, chicos y chicas- en la escuela a veces hay un compañero o una compañera que es un poco extraña, un poco ridícula o que no nos gusta: ¡nunca descartarlo! Tampoco el acoso: no, por favor, no el acoso, nada. Igual. Es un poco antipático, pobrecito, pero me acerco a él con simpatía. Hacersiempre puentes, no descartar a nadie, ¡por favor! No descartar. Porque cuando se descarta, siempre se inician guerras".

"Hay barreras entre Estados, entre grupos sociales, pero también entre personas", observó el Pontífice. "Y, a menudo, incluso el teléfono que no dejas de mirar se convierte en una frontera que los aísla en un mundo que tienen a su alcance. Qué hermoso es, en cambio, mirar a los ojos de la gente, escuchar su historia y acoger su identidad; generar, a través de la amistad, puentes con hermanos y hermanas de diferentes tradiciones, etnias y religiones. Sólo así construiremos, con la ayuda de Dios, un futuro de paz", aseguró.+