Sábado 1 de febrero de 2025

Francisco: 'Esperar es volverse hacia Dios'

  • 1 de febrero, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En su segunda audiencia jubilar, el Papa destaca la figura de María Magdalena, la "apóstol de los apóstoles" que en Jesús encontró una nueva dirección y sentido a su vida.
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El Papa Francisco ofreció este sábado, en su segunda catequesis jubilar, una reflexión sobre el significado de la conversión, la esperanza y el poder transformador de la fe, animando a los fieles a repensar sus vidas en el marco del "sueño de Dios".

El Jubileo nos invita a recomenzar
La conversión, explicó, es un "cambio de dirección" que nos permite cambiar la forma en que vemos las cosas en nuestra vida. No es un acontecimiento que ocurre una sola vez, sino un proceso continuo en el que nos alejamos repetidamente de las viejas formas de pensar y abrazamos nuevas posibilidades.

Este cambio dinámico de perspectiva, sugirió Francisco, es lo que da lugar a la esperanza: incluso en un mundo lleno de sufrimiento y de injusticia, la esperanza surge cuando los individuos reconocen la presencia de quienes viven de manera diferente, personas cuya humildad y transformación cautivan e inspiran a otros, dijo.

María Magdalena, curada por la misericordia de Dios
Para ilustrar este tema, el Papa destacó la figura de María Magdalena, que encarna el poder de la misericordia divina. Jesús curó a María Magdalena, devolviéndole su dignidad y su propósito. A través de este encuentro, ella volvió al sueño de Dios, encontró una nueva dirección y significado en su vida, mostrando que la conversión no es sólo un cambio personal, sino también entrar en una realidad más grande, moldeada por el amor de Dios.


"En los Evangelios, la figura de María Magdalena destaca por encima de todas las demás. Jesús la curó con su misericordia y ella cambió: la misericordia la introdujo en los sueños de Dios y dio un nuevo sentido a su camino".

El Santo Padre se centró en particular en el relato de san Juan sobre el encuentro de la Magdalena con el Resucitado, llamando la atención sobre la repetida mención de María "girándose". Al principio, María está concentrada en el sepulcro vacío, perdida en el dolor, incapaz de reconocer a Jesús que está delante de ella. Pero cuando oye que Él la llama por su nombre, se da vuelta, gira nuevamente, esta vez con una nueva comprensión. Ya no ve la muerte, sino la vida; ya no ve la desesperación, sino la esperanza.

Dándose la vuelta para ver las cosas de otra manera
De este pasaje, dijo el Papa, se deriva una lección crucial: que la verdadera fe exige una conversión continua, que debemos permanecer abiertos a ver la realidad de modo diverso.

"Se entra en el mundo nuevo convirtiéndose más de una vez. Nuestro camino es una invitación constante a cambiar de perspectiva. El Resucitado nos introduce en su mundo, paso a paso, con la condición de que no pretendamos saberlo todo ya."

El pontífice preguntó a los peregrinos que colmaban el Aula Pablo VI: "¿Sé darme vuelta para ver las cosas de otra manera?" y "¿Tengo el deseo de conversión?".

Un ego orgulloso nos impide reconocer a Jesús Resucitado
Advirtió que un "ego demasiado confiado y orgulloso nos impide reconocer a Jesús Resucitado" que aparece en formas inesperadas, en los rostros de la gente común, particularmente de aquellos que están marginados o ignorados. "Incluso cuando lloramos y nos desesperamos, le damos la espalda", agregó.

Al concluir su reflexión, el Papa Francisco invitó a los fieles a aprender de María Magdalena "a mirar hacia la vida", la "vida verdadera" donde Jesús Resucitado tiene un lugar y una misión para nosotros, en lugar de "mirar hacia la oscuridad del pasado". "Todos podemos decir: ¡Tengo un lugar, soy una misión!", concluyó.+