Viernes 29 de marzo de 2024

Francisco a autoridades de Chipre: El camino de la paz está marcado por el diálogo

  • 2 de diciembre, 2021
  • Nicosia (Chipre) (AICA)
Luego de un encuentro privado con el presidente de Chipre, Nicos Anastasiades, el Santo Padre dirigió un discurso a las autoridades de la república.
Doná a AICA.org

En la primera jornada de su viaje a Chipre, y luego de su discurso a sacerdotes, religiosos y religiosas, el papa Francisco mantuvo un encuentro privado con el presidente de la república, Nicos Anastasiades. Finalizada la reunión, ambos se dirigieron a la Sala de Ceremonias, para el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. 

Allí, el Santo Padre dirigió un discurso en el que manifestó su alegría y gratitud por el recibimiento dado en nombre de toda la población. Francisco, que llega “como peregrino” a un país “pequeño por su geografía, pero grande por su historia”, habló en primer lugar del homenaje realizado al primer presidente de la República, el arzobispo Makarios, un gesto con el que el Papa quiso homenajear “a todos los ciudadanos”. 

El nombre Makarios, señaló el Papa, evoca las palabras iniciales del primer discurso de Jesús: las Bienaventuranzas. Y en referencia a Makarios, explicó que es “ese bienaventurado según la fe cristiana, a quien la tierra está ligada indisolublemente”. En ese sentido, aclaró: “pueden ser todos, y son ante todo los pobres de espíritu, los que han sido heridos por la vida, los que viven con mansedumbre y misericordia, cuantos practican la justicia y construyen la paz sin hacerse notar”. 

“Las Bienaventuranzas, queridos amigos, son la constitución perenne del cristianismo. Vivirlas permite que el Evangelio sea siempre joven y fecunde la sociedad de esperanza. Las Bienaventuranzas son la brújula que orienta, en todas las latitudes, las rutas que los cristianos abordan en el viaje de la vida”.

Teniendo en cuenta que en este lugar donde “Europa y Oriente se encuentran”, es donde comenzó la primera gran inculturación del Evangelio en el continente, Francisco manifestó su emoción por recorrer los pasos de los grandes misioneros de los orígenes, en particular de los santos Pablo, Bernabé y Marcos.

“Lo que los primeros cristianos dieron al mundo con la fuerza humilde del Espíritu fue en efecto un inaudito mensaje de belleza”, la “novedad sorprendente de la bienaventuranza al alcance de todos para conquistar los corazones y la libertad de muchos” dijo Francisco. Este país -afirmó- tiene una herencia particular como mensajero de belleza entre los continentes. 

Conservar y proteger la belleza de esta perla
“Chipre trasluce belleza en su territorio, que debe conservarse y protegerse con políticas ambientales oportunas y concertadas con los vecinos. La belleza se refleja también en la arquitectura, en el arte -particularmente en el arte sacro-, en el artesanado religioso y en los numerosos tesoros arqueológicos”, afirmó. “Trayendo una imagen del mar que nos rodea, quisiera decir que esta isla representa una perla de gran valor en el corazón del Mediterráneo”.

En ese sentido, indicó que la belleza de esta Chipre deriva así “de las culturas que a lo largo de los siglos se encontraron y mezclaron”, haciendo hincapié en la variedad de su población y también “en la presencia de muchos inmigrantes, que porcentualmente es la más relevante entre los países de la Unión Europea”.

“Salvaguardar la belleza multicolor y poliédrica del conjunto no es fácil. Se necesita tiempo y paciencia, como para la formación de la perla. Se requiere una mirada amplia que abrace la variedad de las culturas y tienda hacia el futuro con amplitud de miras”, reconoció. 

Es importante afirmó “tutelar y promover a cada componente de la sociedad” y, de modo especial, “a los que estadísticamente son minoritarios”.

El pontífice admitió que la perla de Chipre fue “eclipsada por la pandemia”, que impidió a muchos visitantes que accedan a ver su belleza, agravando, como en otros lugares, las consecuencias de la crisis económica y financiera. Por eso, señaló que “es el compromiso por promover la recuperación de la sociedad lo que garantizará un desarrollo sólido y duradero en este período de reactivación”, particularmente por medio de “una decidida lucha contra la corrupción y las plagas que atentan contra la dignidad de la persona; me refiero, por ejemplo, al tráfico de seres humanos”.

El camino de la paz está marcado por el diálogo
Francisco observó que la herida que más hace sufrir a esta tierra es la provocada por la terrible laceración que ha padecido en los últimos decenios; a saber, el “sufrimiento interior de cuantos no pueden regresar a sus casas y lugares de culto”. 

El Papa rogó por la paz de todos los chipriotas e indicó, una vez más, que el camino de la paz “que sana los conflictos” y regenera la “belleza de la fraternidad” está marcado por la palabra “diálogo”. 

“Tenemos que ayudarnos -sostuvo- a creer en la fuerza paciente y humilde del diálogo, que podemos extraer de las Bienaventuranzas. Sabemos que no es un camino fácil; es largo y tortuoso, pero no hay alternativas para llegar a la reconciliación”. 

Además, animó al compromiso con un “debate sincero”, que ponga las exigencias de la población en primer lugar, a la vez que pidió una implicación cada vez más activa de la comunidad internacional, a la salvaguardia del patrimonio religioso y cultural, a la restitución de cuanto en este sentido es más querido por la gente, como los lugares o al menos los objetos sagrados. 

En esa línea, animó a los chipriotas al “Religious Track of the Cyprus Peace Project”, promovido por la Embajada de Suecia, para cultivar el diálogo entre los líderes religiosos. 

“Los tiempos que no parecen favorables y en los que el diálogo decae son precisamente los que pueden preparar la paz”, afirmó el Papa, señalando la necesidad de “no dejar prevalecer el odio”, ni renunciar a curar las heridas, ni olvidar los casos de las personas desaparecidas. 

Pensar en las generaciones futuras
“Y cuando venga la tentación del desánimo, pensemos en las generaciones futuras que desean heredar un mundo pacificado, colaborador, unido, no habitado por rivalidades perennes y contaminadas por conflictos no resueltos. Para esto es necesario el diálogo, sin el cual la sospecha y el resentimiento crecen”.

Según el Papa, Chipre, “encrucijada geográfica, histórica, cultural y religiosa”, tiene esta posición “para poner en marcha una acción de paz”. Por eso, anheló que “sea una obra abierta en la que se construye la paz en medio del Mediterráneo”.

Considerando que “la paz no nace de los grandes personajes, sino de la determinación cotidiana de los más pequeños”, y “el continente europeo necesita reconciliación y unidad, valentía e impulso para caminar hacia adelante”, Francisco invitó a mirar la historia de Chipre para ver cómo “el encuentro y la acogida han dado frutos beneficiosos a largo plazo”.

“No serán los muros del miedo ni los vetos dictados por intereses nacionalistas los que contribuirán al progreso, ni tampoco la recuperación económica por sí sola podrá garantizar la seguridad y la estabilidad”. Los frutos de esta pequeña nación no fueron “sólo en lo que se refiere a la historia del cristianismo”, sino también en la riqueza encontrada “en la integración”, aseguró. “Este espíritu amplio, esta capacidad de mirar más allá de las propias fronteras rejuvenece, permite volver a encontrar el brillo perdido”, concluyó el Papa, con su bendición y el deseo de que “su anhelo de unidad y su mensaje de belleza sigan guiando su camino”.+