Jueves 21 de noviembre de 2024

Formosa tiene dos nuevos sacerdotes

  • 3 de abril, 2019
  • Formosa (AICA)
Ante una multitud de personas que colmó el patio de la parroquia San Francisco de Asís de la ciudad de Formosa, el obispo diocesano, monseñor José Vicente Conejero Gallego, presidió el lunes 25 marzo la ordenación sacerdotal de los diáconos Cristian Ariel Rojas y Nicolás Agustín Pujol.
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El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, ordenó sacerdotes a los diáconos Cristian Ariel Rojas y a Nicolás Agustín Pujol. La ceremonia tuvo lugar el 25 de marzo en la parroquia San Francisco de Asís, y fue concelebrada por el clero diocesano, ante una multitud de fieles que acompañaron a los nuevos presbíteros.

En el marco la solemnidad de la Anunciación del Señor, la comunidad católica formoseña se reunió para un importante acontecimiento en el que dos de sus hijos se consagraron al ministerio sacerdotal.

La ceremonia dio inicio pasadas las 20, con el ingreso del obispo diocesano, acompañado por el presbiterio y seminaristas.

Tras la proclamación de las lecturas bíblicas y del Evangelio, los candidatos fueron llamados por su nombre por el obispo y respondieron: "aquí estoy", tras lo cual monseñor Conejero Gallego predicó su homilía reflexionando sobre la lectura del Evangelio para luego hacer referencia a la ordenación sacerdotal de Rojas y Pujol.

"Es un servicio que les exige dedicación plena y libre disposición" expresó monseñor Conejero Gallego.



Tras las palabras del titular de la diócesis prosiguió el rito oportunidad en la que los candidatos se postraron en el suelo en señal de humildad, y se cantaron las Letanías de los santos.

El obispo realizó el orden de imposición de manos invocando al Espíritu Santo que desciende por medio del sacramento. Luego se rezó la oración consagratoria en la que se pidió al Espíritu Santo que confiera a los candidatos el sacramento del Orden Sacerdotal.

En el momento de la consagración del pan y el vino, los nuevos presbíteros lo hicieron con el obispo. Antes de la bendición final, los jóvenes sacerdotes agradecieron a Dios y a la Iglesia haberlos elegido para servir al pueblo de Dios.+