Jueves 18 de abril de 2024

Formadores de seminarios visitaron la basílica de Itatí

  • 1 de febrero, 2013
  • Itatí (Corrientes)
En el marco del XII Encuentro Nacional de Formadores de Seminarios de la Argentina, más de 70 presbíteros viajaron hasta la localidad correntina de Itatí para participar de una celebración eucarística y encomendar a la Virgen las vocaciones y la formación de los jóvenes seminaristas. Monseñor Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes, reflexionó sobre la tarea de los formadores y el contexto cultural en el que se desenvuelven las actuales y futuras vocaciones.
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En el marco del XII Encuentro Nacional de Formadores de Seminarios de la Argentina, más de 70 presbíteros viajaron hasta la localidad correntina de Itatí para participar de una celebración eucarística y encomendar a la Virgen las vocaciones y la formación de los jóvenes seminaristas que se preparan para entregar la vida al servicio de Dios a través del sacerdocio.

La visita de los sacerdotes formó parte del cronograma de actividades programadas por la Organización de Seminarios de la Argentina (OSAR), que desde el lunes 28 de enero y hasta hoy, viernes 1 de febrero, propuso a los máximos responsables de la formación de quienes aspiran al ministerio sacerdotal desarrollar el tema "Educar y formar en y para la comunión", en el seminario mayor "La Encarnación", de la ciudad chaqueña de Resistencia.

Monseñor Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes, presidió la celebración a las 19, acompañado por monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas, y monseñor Ariel Torrado Mosconi, obispo auxiliar de Santiago del Estero. También concelebró con los prelados el rector del santuario mariano, padre Hugo Rubén Camino FDP.

Luego de la misa, se les ofreció una cena a los visitantes en el salón parroquial, y allí el obispo auxiliar de Santiago del Estero agradeció a los sacerdotes orionitas (encargados del santuario) y a toda la comunidad de Itatí el recibimiento y las atenciones.

Homilía de mons. Stanovnik
El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap., citó en ocasiones el Documento de Aparecida, del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). De este texto, elaborado por los obispos del continente en 2005, recuperó: "los formadores son hombres de Dios, con un profundo sentido de Iglesia, hombres de fe y de comunión, cuya función es preparar a los jóvenes candidatos para ser hombres capaces de presidir la comunión y animar la misión de la Iglesia".

En seguida, monseñor Stanovnik afirmó que la sociedad actual "ha vaciado de contenido esa función, y por eso se siente desorientada y dispersa". De allí la tarea del formador, a quien caracterizó como "un padre de familia, que posee de por sí una responsabilidad irreemplazable".

El prelado correntino subrayó que, para educar y formar cristianamente, "es fundamental la referencia a la figura de Dios Padre", ya que los aspirantes "se inician en el proceso de maduración humana y espiritual para ser reflejo de la paternidad de Dios en la comunidad".

Además, el arzobispo llevó su mensaje hacia el terreno de la autoridad, que ?afirmó- toma determinados aspectos de la paternidad, como la estabilidad, la seguridad, la capacidad de convocar, de suscitar la colaboración, de discernir y de orientar.

Añadió que la misión del sacerdote, padre y discípulo a la vez, lo obliga a colocarse "como hermano en medio de su pueblo", aunque aclaró que se debe aprender "a estar ?en medio? y no diluirse en el medio, como también a estar delante y no dominar, como hacen los poderosos de este mundo".

El prelado también rescató a María como la "gran maestra de la pedagogía cristiana y del estilo formativo", porque Ella "parte de la obediencia total al proyecto del Padre y se convierte en tierra buena que recibe la semilla de la Palabra y la hace fecunda". Así, el arzobispo resaltó "su obediencia evangélica y liberadora".

Más adelante, el arzobispo realizó una comparación con la parábola del sembrador: "Una clave importante para educar y formar está en confiar que el Espíritu Santo puede convertir la tierra miedosa e insegura, por el camino de la penitencia, en tierra buena y fecunda".

Monseñor Stanovnik también aprovechó para exhortar a los presentes a ayudar a los seminaristas "a poner la vida entera, con todas sus potencialidades, al servicio de Jesucristo", y advirtió que no es tarea fácil en el contexto actual: "A los jóvenes candidatos al sacerdocio, influenciados por ese pensamiento, les produce vértigo sólo pensar que deben entregarlo todo y para siempre".

No obstante la situación de la juventud, el arzobispo indicó que el camino pasa por "afianzar en ellos la experiencia de un Dios que es Padre y que los ama y abraza incondicionalmente", y añadió: "El formador tiene aquí una misión insustituible y sumamente delicada, que es estar cerca, animar, sostener y orientar; pero al mismo tiempo, la de saber apartarse y dejar que Dios actúe, de discernir su presencia y su obra, y advertir los peligros que acechan al que se dispone hacer la voluntad del Padre".

Finalmente, el arzobispo no olvidó recomendar la consagración a María: "La presencia tierna de la Santísima Virgen los llena de confianza y los anima a poner sus pasos en el camino de su Hijo Jesús, con la certeza de que se hará realidad la anhelada plenitud que Él nos promete en la bienaventuranza de la semilla".+

Texto completo de la homilía