Jueves 28 de marzo de 2024

Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro: Una multitud renovó el Pacto de Fidelidad

  • 16 de septiembre, 2018
  • Salta (AICA)
El arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, presidió la misa y procesión por la tradicional Fiesta del Milagro, en la que una multitud renovó el Pacto de Fidelidad con el Señor y la Virgen del Milagro. Renovar el pacto es empezar un tiempo nuevo. Sólo tres consignas: No usar a nuestros hermanos. No robar. No mentir. Y una propuesta: Servir? como el Señor, como la Virgen. Hasta dar la vida", subrayó.
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El arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, presidió la misa y procesión por la tradicional Fiesta del Milagro, en la que una multitud renovó el Pacto de Fidelidad con el Señor y la Virgen del Milagro.

Frente al Monumento 20 de Febrero, el prelado salteño destacó la presencia de los peregrinos, muchos de los cuales recorrieron cientos de kilómetros para llegar a la capital provincial, y agradeció su "testimonio de fe, fortaleza y fraternidad".

Asimismo, se dirigió a los jóvenes: "Muchas gracias porque han sido verdaderos protagonistas de este Milagro, como peregrinos, como servidores, como fieles discípulos misioneros".

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Monseñor Cargnello expresó su preocupación por la situación social del país y mencionó: "No agrada al Padre Dios la miseria, el abandono y la exclusión en la que viven tantos hermanos nuestros. Los creyentes experimentamos la invitación provocadora de Dios a suprimir las graves desigualdades sociales y las enormes diferencias en el acceso a los bienes. La vida solo se desarrolla humanamente en la comunión fraterna y justa", sostuvo.

Sobre el tema de la educación, pidió "ayudar a los niños y a los jóvenes a descubrir la maravilla de ser personas. La persona es un don de Dios para la creación y para la humanidad entera. Don para la persona y para que la persona sea don para los otros es la sexualidad con la que nacemos".

El arzobispo salteño hizo referencia a la santidad en el ejemplo del beato papa Pablo VI, de monseñor Oscar Arnulfo Romero y de la Madre Nazaria, cuyas vidas "nos animan como fuerza y propuesta de vida para todos nosotros ". Al concluir la homilía invitó a la propuesta de "servir... como el Señor, como la Virgen. Hasta dar la vida".

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Pacto de Fidelidad
En la catedral salteña, monseñor Cargnello celebró el Pacto de Fidelidad con Nuestro Señor y la Virgen del Milagro. Los peregrinos, la juventud y la santidad, fueron los tres puntos clave de sus palabras.

A los peregrinos los tomo como ejemplo para, a partir del pacto, poder ser "misioneros, anunciadores, heraldos". Misioneros de la vida, de la dignidad de todos los hombres y de la comunión y la fraternidad de nuestra Nación.

Sobre los jóvenes "centinelas del mañana", mencionó cómo nos interpelan preguntándonos: "¿Qué cultura, qué civilización estamos dejándoles?". "Ante ellos y con ellos, estamos llamados a superar una cultura del tener hasta destruir al otro, de la ambición sin medida que excluye y descarta, del placer sin compromiso que indigesta y resiente", indicó.

"Nuestro Pacto de Fidelidad ha de ser una provocación a renovar nuestra confianza en la familia, a apostar con seriedad por la escuela en todos los niveles de la educación y las etapas formativas de la persona, a revalorizar las instituciones que nos permiten vivir humanamente evitando degradar la vida social", manifestó monseñor Cargnello.

Pidió renovar la confianza en la familia, animándolas a "dar el testimonio alegre de amarse según el proyecto de Dios". Exhortó a la comunidad a apostar por la educación y por la escuela, "esto significa ayudar a los niños y a los jóvenes a descubrir la maravilla de ser personas". Y luego los llamó a no perder el respeto por nuestra patria, y les dijo a los dirigentes que "la promoción de la justicia y la tutela de la dignidad humana, especialmente de los pobres y de los excluidos, es su único camino".

Respecto a la santidad, recordó a los tres nuevos santos que serán canonizados el 14 de octubre, modelos para Latinoamérica, y colocó a la cruz como símbolo para alcanzar la santidad: "la Cruz marca un estilo. El estilo de la libertad liberada y liberadora. Decimos libertad liberada porque el cristiano aprende a ser señor de sí mismo, libre de egoísmos, soberbias, ambiciones desmedidas, libre del pecado. Decimos liberadora porque la Cruz nos anima y fortalece para servir, para ayudar, para atender a las necesidades del otro, para comprometerse con ello", sostuvo.

Al concluir, exclamó "¡Que nuestro espíritu se ponga de pie! Renovar el pacto es empezar un tiempo nuevo. Sólo tres consignas: No usar a nuestros hermanos. No robar. No mentir. Y una propuesta: Servir? como el Señor, como la Virgen. Hasta dar la vida".

» Texto completo del Pacto de Fidelidad

Homilía de la misa estacional
En la misa estacional, monseñor Cargnello reconoció que "lo que estamos viviendo como Nación, o como humanidad que vive en Occidente, nos desconcierta, nos duele profundamente. Vuelve a emerger toda esa fuerza, que disgrega y desestabiliza el corazón, que no nos deja encontrar el futuro y nos lleva a preguntarnos: ¿Otra vez Señor? ¿Por qué? Se lo preguntamos como argentinos y cristianos. Se lo preguntamos como seres humanos que queremos una vida más humana y mejor y, parece, como si se nos negara, sobre todo a la gente más humilde".

"¿Cómo seguir? No tenemos otro camino los cristianos que renovar la apuesta a favor de la locura de la Cruz", aseguró en la homilía, y agregó: "Es la locura del más puro amor, de un amor sin medida, que se brinda apostando por la otra persona que lo ha ofendido".

"Celebrar el Milagro es eso, apostar por la locura del amor. La experiencia de saberme perdonado, es la que me tiene que llevar a decir: ´Tengo que llevar de otra manera mi vida, tiene que tener un sentido y no es otro que aprender a darse´. La vida que se encasilla en el egoísmo se pudre y no hay bronce que pueda disimular la putrefacción de un corazón que no ama. Esa es la apuesta, eso es lo de Pablo: la Cruz es fuerza desde la locura del amor de Dios", agregó.

El arzobispo llamó a sembrar "un tiempo nuevo, pero estemos dispuestos a dar la vida. Con mezquindades no podemos construir una nación distinta. Seamos generosos en la entrega, venzamos los cortoplacismos. El Señor sigue estando, la historia pasa, morimos. Él ha muerto y ha resucitado y es fuente de vida".

"Volvamos a creer en la familia, sostengamos a los hijos, ámense los esposos y, desde ahí, volvamos a creer en esta Nación, ayudémonos. No hagamos cálculos a corto plazo de búsqueda o retención del poder; que el horizonte sea darle alegría al rostro de nuestros hermanos. ¿Qué vamos a llevar el día que nos lleven a nosotros con los pies para adelante? Sólo los rostros de los que hicimos felices. Lo demás, ni para colcha que tape nuestro cadáver. ¡Que el Señor nos de fuerza para ser generosos!", concluyó.+

» Texto completo de la homilía