Miércoles 4 de junio de 2025

Falleció el presbítero Andrés José Brida

  • 12 de junio, 2016
  • Córdoba
Falleció a los 82 años, el presbítero Andrés José Brida, formador por muchos años del Seminario Mayor de Córdoba. "Un hombre de una gran lucidez intelectual y filosófica, docente de alma", así lo recordó el obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Pedro Torres.
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En la mañana del viernes 10 de junio, falleció, a los 82 años, el sacerdote cordobés, presbítero Andrés José Brida, en el Hogar San Camilo, en Valle Hermoso.

La misa exequial se celebró a las 15.30 en la capilla del Seminario Mayor Nuestra Señora de Loreto, su hogar, la casa donde vivió casi toda su vida. El presbítero Brida nació el 21 de octubre de 1934 y fue ordenado sacerdote el 2 de abril de 1960.

Fue un pastor con "olor a formación", un maestro, un docente de alma y vocación dedicado a la instrucción sacerdotal. Por muchos años fue confesor y director espiritual en la catedral Nuestra Señora de la Asunción. Tuvo a cargo capellanías y acompañó a las Hermanas Dominicas del Hogar Nuestra Señora del Milagro.

El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, amigo cercano del sacerdote, lo señaló como "un hombre de fe, de un amor profundo a la Iglesia, de gran espíritu de servicio, de obediencia a su fe y fiel amigo, que supo honrar la amistad". Esta virtud está asociada a muchos recuerdos, pero monseñor Ñáñez apela de un modo especial al momento en el que el presbítero Brida tenía que mudarse del seminario para vivir en la Casa Sacerdotal y recibir los cuidados que necesitaba, y dos años después al Hogar San Camilo. "Le costaban mucho esos cambios, sin embargo, lo aceptó por ofrecimiento con amor, como un acto de fe y por fidelidad a la amistad que tenía de tantos años con él", contó el arzobispo.

Monseñor Pedro Torres, obispo auxiliar de Córdoba, mientras ultimaba detalles de la misa exequial, lo calificó con gran afecto como "un hombre de una gran lucidez intelectual y filosófica, docente de alma; que en su vida supo convivir con valentía su enfermedad de diabetes hasta el final. Hombre de silencio, también de buena voz para cantar en el coro del seminario y un pastor que sirvió con generosidad a la Iglesia de Córdoba".

La comunidad expresó su cercanía y oración a su familia y agradeció al sacerdote por "acompañar, sostener y formar a los ?muchachos?, seminaristas, hoy pastores que entregan y cuidan lo recibido por él".+