Jueves 21 de noviembre de 2024

Escuchar, entender y enseñar: el llamado de Mons. Azpiroz para el mes de la educación

  • 12 de septiembre, 2024
  • Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de Bahía Blanca invita a reflexionar sobre la "inmensa y tan necesaria -¡vital!- misión de la educación", y destaca esos tres valores fundamentales para llevarla a cabo.
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En un mensaje a los miembros de las comunidades educativas, el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor fray Carlos Azpiroz Costa OP, invitó, en el marco del mes de septiembre, a centrar la mirada en fechas muy significativas para toda comunidad "vocacionada" a la misión educativa (en relación con todos los niveles: inicial, primario, secundario, terciario, universitario, etc.): el día del Maestro, el día del Estudiante, el día del Profesor y el día del Directivo.

En ese sentido, se refirió a "todas esas diversas caras de la inmensa y tan necesaria -¡vital!- misión de la educación", y centró su mensaje en tres acciones, necesarias para llevar a cabo esa misión: escuchar, entender y enseñar.

En primer lugar, planteó que, "ante el panorama que nos rodea, notamos con mucho dolor el mal de la falta de escucha. Esta sordera interior provoca a su vez ofuscamiento, gritos, gestos o palabras amenazantes: ¡mucho ruido!, ¡pero poca escucha! Entonces, cuando falta lo primero, lo más necesario, podemos decir que estamos ante un signo negativo desde el mismísimo punto de partida".

A su vez, indicó que "la falta de escucha provoca ciertamente poco entendimiento, poca comprensión". Sin embargo, lejos de limitar el "entender" al mero marco del razonamiento de parte de quien escucha o de quien "dice" algo, sostuvo: "La escucha abraza las más altas facultades humanas: conocer, comprender, querer, sentir, aprehender, contemplar (en lugar de espiar), para al menos saber de qué se trata, hacer espacio en nuestro corazón para quien nos habla, y así poder responder, preguntar, ¡dialogar! Esto nos ayuda a crecer en la docilidad, es decir, 'el saber dejarnos decir algo'. ¡Y también nos lleva incluso a sentir como propias las necesidades ajenas!"

Por último, el arquidiocesano señaló que "podemos enseñar, y esto no es repetir como loros solamente lo que previamente hemos entendido, o -también, quizás- aquello que hemos comenzado a entender (porque se trata de un proceso)".

"Esto sucede cuando sabemos, en principio, de qué se trata (aunque no lleguemos todavía a comprenderlo del todo)", consideró, y añadió: "Enseñar también nos ayuda a escuchar y a entender. ¡Por ello se hace posible el diálogo! Sin la verdadera comprensión de lo aprendido, permanecemos en la neblina de la confusión. Enseñar consiste en comunicar lo que antes se ha aprendido, para que -a su vez- todo aquel que ha crecido en el aprendizaje sepa ayudar a otros a crecer, es decir, a ser verdaderos protagonistas en escuchar, entender y enseñar".

El arzobispo concluyó pidiendo "que nuestros corazones crezcan y se dilaten en este camino que nos convoca a todos".+