En Navidad renace la gracia de perdonar y ser perdonados
- 24 de diciembre, 2012
- Campana (Buenos Aires) (AICA)
En una Navidad vivida desde el misterio de Dios puede renacer en nosotros una vida buena; sólo desde aquí puede renacer la gracia del perdón, la de perdonar y ser perdonados. Me invito y los invito, en Navidad, el Nacimiento, el acontecer del Niño, a escuchar la amorosa (y lapidaria) frase evangélica: "Si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los cielos". Misterio y desafío. Hay mucho afán del poder por el poder mismo; tanta prevaricación de los corazones, tanta inmunda calculación, traición, tanta ingratitud, tanto egoísmo? pero sobre todo, y esto es lo importante, tanta esperanza, tanta luz, tanta bondad", dice en su mensaje de Navidad el obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Domingo Sarlinga.
"Todos somos pecadores y por consiguiente sujetos a la muerte y necesitados de la misericordia infinita de Dios", agrega el prelado, pero la Navidad "nos hace profundizar en el verdadero discurso de Jesús, que es la humildad, la de Dios omnipotente que se hace hombre, frágil, hermoso, que nos sonríe desde el Pesebre. Desde esta perspectiva, una Navidad vivida en el misterio de Dios, es, como decía San Agustín, la primera medicina de la cual tenemos necesidad.
"Pienso que sólo desde aquí -añade monseñor Sarlinga- puede renacer en nosotros una vida buena; sólo desde aquí puede renacer la gracia del perdón, la de perdonar y ser perdonados".
Tras unos conceptos de alabanza a la Virgen María, madre del Niño nacido en Belén, el prelado de Zárate-Campana concluye su mensaje dirigiéndose "al Padre de los Cielos, Señor de los Ejércitos, Padre de Amor y de Ternura", a quien "le confiamos nuestro corazón y nuestro itinerario de vida, el nuestro, el de nuestras familias, comunidades, el de nuestra patria, en el Nacimiento de Jesús, en la humilde y gloriosa Navidad, con acción de gracias, como es propio de los bien nacidos, el ser agradecidos", y pide la bendición de Dios para que "nada consiga apartarnos de su mano, que ninguna oscuridad ni maldad cubra en nosotros la irradiación de la luz divina".+
Texto completo del mensaje