Jueves 28 de marzo de 2024

El Papa lavó los pies de 12 jóvenes del penal de menores de Casal del Marmo

  • 6 de abril, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Jesús sabe todo sobre nosotros y nos ama tal como somos, lavándonos los pies a todos", dijo Francisco a los chicos y chicas de diferentes edades y etnias alojados en esa prisión.
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El Jueves Santo, el papa Francisco se desplazó hacia las afueras de Roma para celebrar la Misa de la Cena del Señor en el centro penitenciario de menores de Casal del Marmo, donde llevó a cabo el tradicional lavatorio de pies a doce de los jóvenes del lugar. 

La diversidad caracterizó al grupo, con edades comprendidas entre los 14 y los 25 años, dos de ellos de origen gitano y los demás de Croacia, Senegal, Rumania y Rusia, los cuales representaban diversas tradiciones religiosas.

El Papa había visitado esa institución carcelaria en 2013, justo después de asumir como pontífice, cuando eligió celebrar allí la liturgia del Jueves Santo "in Coena Domini".

Un corazón noble para todos
En su homilía, pronunciada sin texto preparado, el Papa centró su pensamiento en el Evangelio de la liturgia, que relata cuando Jesús, un día antes de su Pasión, lavó los pies a sus discípulos en un gesto de humildad y servicio, algo que, en aquel tiempo, habría sido llevado a cabo por un esclavo. 

Francisco explicó qué hermosa sería la vida si fuéramos a imitar ese gesto y ese espíritu en nuestra vida diaria, ayudándonos unos a otros, en lugar de seguir formas mundanas de engañar o aprovecharnos de los demás. Ayudarse unos a otros, incluso a través de simples gestos humanos, brota de un corazón noble, observó, y Jesús hoy quiere enseñarnos y alentarnos a tener esta "nobleza de corazón". 

Podemos estar desanimados o avergonzados de lo que llevamos dentro, observó el Papa, pero Jesús sabe todo sobre nosotros y "nos ama tal como somos", lavándonos los pies a todos. “Jesús nunca tiene miedo de nuestras debilidades, porque ya las ha pagado”, aseguró Francisco: “solo quiere acompañarnos, quiere llevarnos de la mano para que la vida no nos sea tan dura”, y añadió que nunca debemos asustarnos por nuestras debilidades y sí estar seguros de que el Señor desea acompañarnos en nuestro camino, “llevarnos de la mano para que la vida no sea tan dura para nosotros”.

Llamados a ayudarnos unos a otros
Para concluir, el Santo Padre explicó que su gesto de lavar los pies a los doce jóvenes presentes no es solo un gesto folclórico, sino un signo de cómo debemos ser unos con otros, ayudándonos, mostrando amor y respeto por los demás, atendiendo a la inmensa dignidad de todos, incluso en nuestras debilidades de pecadores. Si adoptamos esta actitud y espíritu de servicio, dijo, podríamos aliviar tantas injusticias en nuestro mundo. Y continuó recordando que estar desempleados, en familias rotas, luchando por sobrevivir, sucumbiendo a nuestras debilidades, es algo que nos puede pasar a cada uno de nosotros en cualquier momento. 

El Señor nos recuerda, a través del lavatorio de los pies, su amor sin límites por nosotros, agregó el Papa, no importa cuál sea nuestra situación y cuáles nuestras debilidades, ya que Él siempre está a nuestro lado, nunca jamás nos desampara.

Al final de la misa, el Santo Padre bendijo una gran placa inaugural de la capilla dedicada al beato padre Pino Puglisi, el famoso párroco siciliano que fue asesinado por desafiar al crimen organizado. 

Francisco saludó entonces a los jóvenes recluidos en la penitenciaría y recibió como regalo una cruz que realizaron durante su curso de carpintería, así como unas galletas y pastas elaboradas por los mismos reclusos, y por su parte les entregó, al director y al personal de Casal del Marmo, rosarios y huevos de Pascua de chocolate.+