El Papa lavó los pies a 12 presos de la prisión de Paliano
- 13 de abril, 2017
- Ciudad del Vaticano
El papa Francisco celebró la misa de la "Cena del Señor", de este Jueves Santo, en la prisión de Paliano, en la provincia de Frosinone, a unos 60 kilómetros de Roma. Durante la celebración el pontífice realizó el rito del lavatorio de los pies a 12 presos: tres mujeres, un musulmán que se convertirá al catolicismo el próximo junio al recibir el bautismo, un argentino, un albanés, e italianos. Entre ellos, dos reclusos condenados a cadena perpetua.
El Santo Padre pronunció una breve homilía, en forma improvisada, en la que señaló que "Jesús sabía que iba a ser traicionado por Judas. Habiendo amado a los suyos, Dios ama así, hasta el final. Y da la vida por cada uno de nosotros y se orgullece de esto y quiere esto porque Él es amor, amar hasta el final, que no es fácil porque todos nosotros somos pecadores tenemos defectos límites? todos sabemos amar, pero no como Dios nos ama. Sin mirar las consecuencias, hasta el fin".
Francisco destacó cómo Jesús, siendo "el jefe", siendo "Dios" lava los pies a sus discípulos. "Eso de lavar los pies era una tradición que se hacía en la época antes de los almuerzos y las comidas, porque era gente que venia del camino y estaba sucia, con polvo del camino. Uno de los gestos para recibir una persona en casa era lavarle los pies, pero esto lo hacían los esclavos".
"Jesús lo hizo así. Simón Pedro no quería hacerlo, pero Jesús le explicó que era así, que Él había venido al mundo para servir, para servirnos, para hacerse esclavo para nosotros, para dar la vida por nosotros y amar hasta el final".
"Cuando venía de camino a esta prisión, había gente que saludaba porque venía el Papa. Pero el jefe de la Iglesia es Jesús. El Papa es la figura de Jesús. Yo quisiera hacer lo mismo que Él hizo. En esta ceremonia el párroco lava los pies a los fieles. Siempre el más grande debe hacer el trabajo de esclavo", dijo a los reclusos.
Francisco les pidió a los reclusos que "para sembrar amor entre nosotros, no les digo que hoy vayan a lavarse los pies unos a otros, aunque este sea el símbolo, lo que les pido que realicen alguna ayuda, un servicio a tu compañero aquí en la cárcel, lo hagan porque esto es amor, esto es como lavar los pies, ser siervo de los otros".
"Una vez los discípulos discutieron entre ellos sobre quién era el más grande, el más importante. Y Jesús dijo: ?el que quiera ser más importante debe hacerse el más pequeño y el servidor de todos?. Así hace Él con nosotros. Todos nosotros somos pobres, pero Él es grande, es bueno y nos ama así como somos".
Al concluir, Francisco pidió pensar "en Dios, en Jesús". "Esta no es una ceremonia folclórica, es un gesto para recordar lo que hizo Jesús. Después de esto tomó el pan y nos dio su cuerpo, tomó el vino y nos dio su sangre. Así es el amor de Dios con nosotros.
La visita del pontífice tuvo un carácter estrictamente privado y no hubo imágenes para proteger la intimidad de los detenidos. A su llegada, el papa Francisco fue recibido por la directora y por el capellán, padre Luigi Paoletti y después se desplazó hasta la Plaza de Armas donde saludó al personal que trabaja en la prisión.
Tras el breve encuentro, el Santo Padre se trasladó hasta la sala llamada "Unidad de Italia", donde se encontró con 58 detenidos "colaboradores de la justicia", es decir, que en su mayoría han participado en actividades de crimen organizado y han ayudado a esclarecer delitos vinculados usualmente a las mafias. La figura de colaborador de la justicia en Italia no exime a la persona de una pena de cárcel, como sí ocurre en otros países.
Otros dos detenidos, un hombre y una mujer, le encontraron de manera separada ya que se encuentran en régimen de aislamiento, al igual que otras 8 personas enfermas de tuberculosis a los que saludó a continuación.
Los reclusos de la cárcel obsequiaron a Francisco con varios regalos: productos de su huerta biológica, cruces elaboradas con madera de olivo, un mantel de lana blanca y algunos dulces. +