Lunes 18 de marzo de 2024

El Papa a los sacerdotes ancianos: la vejez no es una enfermedad

  • 17 de septiembre, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Recen por mí, que estoy un poco viejo y un poco enfermo, pero no tanto", les pide en un mensaje a los sacerdotes que participan de la Jornada de Fraternidad con los obispos lombardos.
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En una carta a los sacerdotes ancianos y enfermos de Lombardía, el papa Francisco afirma: "Están viviendo una estación, la vejez, que no es una enfermedad sino un privilegio", el privilegio de "asemejarse a Jesús que sufre". El grupo de sacerdotes se reunió en Caravaggio, con motivo del Día de la Fraternidad, junto con los obispos de la región.

La carta del Papa les fue entregada por el obispo emérito de Mantua, monseñor Roberto Busti.

También quien está enfermo, escribe el Papa en su texto, "vive un privilegio" que es el de asemejarse a Jesús "que sufre, y lleva la cruz precisamente como Él". Por eso, la comunidad que atiende a los enfermos "está firmemente arraigada en Jesús". En esta comunidad, los sacerdotes ancianos no son sólo "objetos de asistencia" sino "protagonistas activos", asegura el Papa, porque son "portadores de sueños cargados de memoria y, por tanto, muy importantes para las generaciones más jóvenes".

"De ustedes viene la linfa para florecer en la vida cristiana y en el ministerio", dice el Papa en las últimas líneas de su carta. Concluye con la habitual petición de oración por él, acompañada de una broma referida a su salud tras la operación de colon del pasado mes de julio: " Les pido, por favor, que recen por mí, que estoy un poco viejo y un poco enfermo, ¡pero no tanto!".

La Jornada de la Fraternidad, informa la Iglesia de Milán, tuvo lugar con ocasión del habitual encuentro de la Conferencia Episcopal de Lombardía y fue promovida por Unitalsi Lombarda y Cel, con la colaboración organizativa de la Fondazione Opera Aiuto Fraterno. Una procesión de los sacerdotes presentes introdujo el encuentro, al que siguió una misa en el santuario de Santa María del Fonte, presidida por el arzobispo de Milán, monseñor Mario Delpini, y los demás obispos lombardos. Por expreso deseo de monseñor Delpini, se rezó en memoria de todos los sacerdotes lombardos víctimas de la pandemia del Covid-19. De los casi 300 sacerdotes muertos en Italia, 92 eran lombardos.+