Viernes 26 de abril de 2024

El obispo de Mar del Plata visitó la Unidad Penitenciaria de Batán

  • 21 de noviembre, 2017
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
"Dios me llama a ser padre y obispo para estar al servicio y ustedes son hermanos predilectos", expresó el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, al visitar ayer por la mañana y por primera vez como pastor marplatense la Unidad Penitenciaria Nº 15 de Batán. Lo hizo acompañado por el presbítero Hernán Ángel David, capellán del lugar.
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"Dios me llama a ser padre y obispo para estar al servicio y ustedes son hermanos predilectos", expresó el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, al visitar ayer por la mañana y por primera vez como pastor marplatense la Unidad Penitenciaria Nº 15 de Batán. Lo hizo acompañado por el presbítero Hernán Ángel David, capellán del lugar, la hermana Helena Kuc y miembros de la pastoral penitenciaria de Mar del Plata que día a día trabajan arduamente visitando a los internos y llevando la palabra de Jesús.

Monseñor Mestre fue recibido por las autoridades penitenciarias, el jefe del Complejo Zona Este, Omar Herrera, la secretaria de Coordinación, Claudia Díaz y el director de la Unidad 15, Pascual Lettieri.

El obispo presidió la Eucaristía en la que confirmó a 22 internos y bautizó a 5 de ellos. Posteriormente se dirigió al Centro de Pastoral Universitaria (CPU) donde los internos le explicaron la labor que llevan allí en el lugar, a través de 19 cursos autogestionados por ellos mismos que les permiten poder formarse, ocuparse y crecer en la comunidad.

"Estoy muy feliz y dichoso de estar con ustedes, para mí es una alegría, Dios me llama a ser sacerdote, apóstol, padre, obispo para estar al servicio de los hermanos, y ustedes son hermanos predilectos para vivir juntos la fe. Me siento engalanado que me permitan celebrar la misa con ustedes, a las autoridades que me facilitan que lo hagamos, con el padre Hernán y la hermana Helena y todo el equipo de la pastoral; y de ustedes que hoy eligen estar acá. Lo más importante para el pastor es tener ovejas para acompañar, y ustedes son ovejitas privilegiadas del Pastor y este es un momento de gozo para compartir".

A partir de las lecturas de la misa, monseñor Mestre preguntó: "Qué estamos haciendo con nuestro tiempo para "cargar aceite" y poder ser luz para nuestros hermanos? El tiempo es de las cosas más importantes que tenemos en la vida, y el tema es usar bien nuestro tiempo, el presente. Entre el pasado, el presente y el futuro, lo que vale la pena es el presente: el futuro lo podés proyectar pero lo hacemos desde el presente, el pasado lo asumimos pero desde el presente; el tiempo presente es lo único que tenemos en nuestras manos". "Es bueno que tengamos proyectos y que lo hagamos para el bien, para la alegría, para salir, para encarar cosas nuevas, pero esto se juega en el presente. Con Dios somos dueños del presente, haya pasado lo que haya pasado, somos dueños de este tiempo de hoy, de asumirlo, de perdonarnos y perdonar, reconciliar y reconciliarnos en el pasado, de cara al futuro, tenemos que tener proyectos y sueños grandes, asumiendo nuestros errores, todos, no sólo ustedes que están acá, los que estamos afuera también tenemos que asumir nuestros errores y nuestro presente".

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Al finalizar la eucaristía, el director del penal junto con un interno, obsequiaron a monseñor Mestre un reloj de pared con una cruz y la frase de Jesús: "Venid a mí todos los que estáis cansados y cargados y yo os haré descansar". La pieza fue realizada por internos del emprendimiento "Liberté", un taller solidario especializado en la fabricación de relojes de pared de mesa y empresariales, que funciona en los talleres que se dictan en la unidad penitenciaria.

Monseñor Gabriel Mestre compartió junto con los internos y los miembros de la pastoral un sencillo almuerzo y luego se dirigió al CPU donde bendijo y descubrió un mural del papa Francisco que fue pintado por uno de los internos. Los internos le explicaron el funcionamiento de ese pequeño lugar y pidieron por la "institucionalización" del espacio para que pueda seguir desarrollando las simples pero profundas tareas de encuentro y socialización. Monseñor Mestre expresó su alegría, su acompañamiento y apoyo para continuar la tarea y les pidió "que nunca pierdan el espíritu de comunidad que lo originó y lo caracteriza".+