Jueves 28 de marzo de 2024

El Crucifijo que salvó a Roma de la peste negra presidirá hoy la bendición urbi et orbi del Papa

  • 27 de marzo, 2020
  • Roma (Italia) (AICA)
La imagen del Cristo milagroso que el papa Francisco visitó el 15 de marzo en la iglesia romana de San Marcelo para rezar por el fin del coronavirus
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La imagen del Cristo milagroso que el papa Francisco visitó el 15 de marzo en la iglesia romana de San Marcelo para rezar por el fin del coronavirus, fue retirada de su altar y transportada a la Plaza de San Pedro para que pueda estar presente hoy durante la bendición Urbi et Orbi del Santo Padre.



El crucifijo fue retirado este miércoles por personal del Vaticano de la iglesia de San Marcelo al Corso, que data del siglo V, para ser instalado temporalmente en la Plaza de San Pedro.



La iglesia de San Marcelo en Via del Corso en Roma, es muy antigua. Fue fundada en el siglo IV por el papa Marcelo I que fue perseguido por el emperador Majencio y condenado a realizar los trabajos más pesados en los establos del catabulum (la oficina central de correos del Estado) hasta su muerte por agotamiento. En la misma iglesia se encuentran sus restos.



La iglesia, entre la noche del 22 y el 23 de mayo de 1519, sufrió un voraz incendio que la redujo completamente a cenizas. La gente, al amanecer, se acercó desolada a ver la trágica escena de escombros todavía humeantes. Allí encontraron el Crucifijo colgado en el altar principal providencialmente intacto, iluminado por la lámpara de aceite que, aunque arrugada por las llamas, todavía ardía a sus pies.



Inmediatamente gritaron que era un milagro y los más devotos comenzaron a reunirse todos los viernes para rezar y encender lámparas al pie de la imagen de madera. Así nació la Archicofradía del Santísimo Crucifijo en Urbe”, que existe hasta hoy.



Pero este no fue el único milagro acontecido al crucifijo. El siguiente se remonta al año 1522, donde una terrible plaga azotó tan violentamente la ciudad de Roma, que se temía que la ciudad perdiera completamente todos sus habitantes.



Desesperados los frailes Siervos de María decidieron llevar el crucifijo en una procesión penitencial desde la iglesia de San Marcelo hasta la basílica de San Pedro. Las autoridades, temiendo el riesgo de contagio, trataron de evitar la procesión religiosa, pero la desesperación colectiva no tuvo en cuenta la prohibición y la imagen de Nuestro Señor fue transportada por las calles de la ciudad acompañada por la aclamación popular.



Esta procesión duró varios días, y cuando el crucifijo regresó a su lugar la plaga cesó por completo y Roma se salvó de ser exterminada.



Desde el año 1650, el Crucifijo milagroso se lleva a San Pedro para cada año santo.



En la Cuaresma del Gran Jubileo del 2000, el crucifijo milagroso fue expuesto en el Altar de la Confesión en San Pedro, y frente a su imagen san Juan Pablo II celebró el “Día del Perdón”.+