Jueves 21 de noviembre de 2024

El Card. Poli destacó los frutos de los 25 años de las jornadas sociales

  • 15 de noviembre, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
"Basta con que un grupo de personas piensen en los demás y se pregunten de qué modo puedo hacer algo por mi patria, siempre habrá destino para la Argentina", aseguró el arzobispo de Buenos en la misa.
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El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió la misa de acción de gracias por los 25 años de las Jornadas de Pastoral Social porteña que se celebró el sábado 12 de noviembre con el lema “La Nación como comunidad de destino”.

La jornada en el Auditorio de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (Foetra), del barrio porteño de Almagro, comenzó con palabras del director de la Pastoral Social arquidiocesana, presbítero Carlos Accaputo, quien llamó a los participantes a sentirse “comunidad de destino para construir un país para todos” y recordó que “el método es la cultura del encuentro”. 

El sacerdote consideró que se necesita generar “un acuerdo operativo para superar la puja distributiva, fundar un crecimiento sostenido, construir un modelo de desarrollo sostenible, solidario e integral” y puntualizó: “Se trata de diseñar un nuevo Pacto Social que combine democracia plena y protagonismo social-sectorial. Un Pacto Social que posibilite una construcción participativa de las personas, los sectores y organizaciones que forman parte de la comunidad nacional. 

“Un Pacto Social que habilite una concertación económico-política y social orientada por una propuesta de desarrollo integral, solidario y sostenible. Un Pacto Social fundado en un verdadero federalismo”. Se trata de avanzar en la combinación entre democracia y sectores organizados institucionalmente, en un diseño que, basado en la pluralidad política y social, permita procesar pacíficamente los conflictos de intereses y miradas sobre el presente y el futuro. Este Pacto Social es un instrumento para una finalidad mayor: el Cuidado de la Casa Común, que es nuestra Patria, la construcción de una sociedad más justa y plena”, subrayó. 

Diálogo, encuentro y amor a la Nación
En la homilía de la misa, el cardenal Poli exhortó a los referentes sociales a dejarse “interpelar por la parábola, capaz de poner de manifiesto las actitudes solidarias y fraternas que nos permitan reconstruir esta Argentina que nos duele a todos” y aseguró: “El ejemplo del buen samaritano nos devuelve una mirada solidaria de la realidad, no para escandalizarnos, sino para conmovernos y comprometernos”. 

“Durante veinticinco años la Pastoral Social de la arquidiócesis de Buenos Aires viene ofreciendo un espacio amplio donde las diferencias de opinión y de ideas han encontrado en un ambiente de diálogo”, destacó, y señaló: “Quienes lo sostuvieron están convencidos que solo apostando por la cultura del encuentro podemos encontrar consensos en temas complejos como son los sociales y políticos., y por eso capaz de sostener acuerdos sobrevolando viejos esquemas de confrontación”.

El primado argentino afirmó que “sobre todo proyecto, la Iglesia fomenta la amistad social, base para pensar el presente y el futuro del país al que aspiramos” y valoró que la Pastoral social haya sembrado “esperanzas sin dar la espalda a nuestra historia bicentenaria, que llega hasta nosotros entre luces y sombras, encuentros y antagonismos, a pesar de interrumpidos intentos de buscar un destino común más acorde a nuestra identidad cultural; a la sabiduría, ciencia y laboriosidad de nuestro pueblo”.

“Un cuarto de siglo convocando voluntades para pensar la Argentina que no dejamos de imaginarnos por el lugar de privilegio que nos ha tocado en el planeta azul; no es poca cosa que una institución persevere en este ideal. El ejemplo del buen samaritano nos debe servir de ejemplo y guía en el camino que nos toca recorrer. Basta con que un grupo de personas piensen en los demás y se pregunten de qué modo puedo hacer algo por mi patria, siempre habrá destino para la Argentina”, sostuvo. 

Por último, el cardenal Poli explicó que el sentido de celebrar esta misa, entre “otras providencias que nunca faltaron”, es por la continua ayuda del Espíritu Santo que “nos permitió superar desánimos y adversidades; infundió la fuerza y la audacia necesaria para confirmarnos en el diálogo, el encuentro y el amor a la Nación que nos contiene a todos”, concluyó.+

» Texto completo de la homilía (PDF)