Jueves 25 de abril de 2024

Correntinos exhortaron a legisladores a defender la vida como derecho fundamental

  • 9 de abril, 2018
  • Corrientes (AICA)
Católicos, evangélicos y judíos correntinos exhortaron a los legisladores de la provincia a "defender la vida como derecho fundamental", en el marco de una marcha multitudinaria por las calles de la ciudad en vísperas del debate por la despenalización del aborto.
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Católicos, evangélicos y judíos correntinos exhortaron a los legisladores de la provincia a "defender la vida como derecho fundamental", en el marco de una marcha multitudinaria por las calles de la ciudad en vísperas del debate por la despenalización del aborto.

La manifestación pública contó el sábado 7 de abril con la adhesión del arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, pastores evangélicos y referentes de la comunidad judía.

Los participantes de la Marcha por la Vida se movilizaron por la ciudad y llegaron a la Legislatura provincial, donde leyeron un mensaje y lo entregaron a las autoridades presentes.

En el texto del documento, los correntinos ratificaron que están "a favor de la vida del niño por nacer y de la mujer madre" y "en contra del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo".

También reclamaron la instrumentación de políticas públicas que prioricen la educación sexual integral de la ciudadanía, reconozcan la dignidad de la vida humana desde el comienzo de su concepción pasando por todas las etapas de su desarrollo, "acompañen y sostengan a las mujeres embarazadas en cualquier situación de vulnerabilidad, siempre defendiendo la vida del binomio: madre e hijo, sin descartar a ninguno de ellos" y faciliten los caminos para la adopción.

Mensaje Marcha por la Vida
El derecho a la vida es el primer derecho fundamental y superior a los demás y es el Estado quien tiene la obligación de garantizarlo y asegurar la existencia de cada individuo, en condiciones dignas para su desarrollo.

Por eso sostenemos que respetar la vida es el primer principio para que una sociedad tenga futuro, seguridad y esperanza. Si rompemos este principio lo único que lograremos es romper nuestra sociedad.

Entendemos que algunas veces el embarazo, la llegada de un hijo, no es algo deseado, esperado, decidido, e incluso puede ser fruto de violencias.

Por un lado la mujer, que no decidió ser madre, suele encontrarse en soledad y la mayoría de las veces en un contexto de pobreza; o experimentar al hijo como un obstáculo para sus proyectos; por otro lado, la vulnerabilidad de la vida humana concebida que no se puede defender. En todos los casos, deberíamos escuchar a las mujeres embarazadas, como así también contemplar el derecho a la existencia del ser humano que empieza a desarrollarse en el vientre materno.

Porque recordemos que la Ciencia, la genética afirma que el desarrollo del ser humano comienza con la fecundación, es decir, con la fusión de un óvulo y un espermatozoide. Es desde ese momento que existe un nuevo ser, que se irá desarrollando de manera coordinada, continua y gradual.

El embrión posee una nueva versión del material genético o ADN, diferente al de sus padres, que lo constituye como vida "diferenciada" desde el primer día que existe y le da identidad para el resto de su vida.

Entonces, despenalizar el aborto es aceptar terminar con la vida absolutamente indefensa del ser humano que inicia su desarrollo. Y decimos terminar y no el eufemismo de "interrumpir", porque en teoría, lo interrumpido puede reanudarse? pero el desarrollo humano después de un aborto, no.

Y si aceptamos la muerte como resolución a un problema: ¿Qué nos queda como sociedad? Ninguna persona puede arrogarse la atribución de decidir quién nace o quien muere.

No necesitamos agregar más muertes a las causadas por la pobreza, por las injusticias, por la violencia.

Si reducimos nuestras decisiones a lo que es útil o conveniente para los seres más desarrollados en detrimento de los más desvalidos, volvemos a autorizar cualquier despotismo arbitrario. Así poco a poco, profundizaremos la cultura del descarte.

Nuestra opción es por "la vida como viene", sin grises. No solamente la del Niño por Nacer sino por la Vida, también por la vida de cada mujer, por la vida amenazada en cualquiera de sus formas. Y muchos de los aquí presentes y de quienes refrendamos esta declaración, a esta opción la confirmamos con acciones.

Es por eso que hoy declaramos y proclamamos:
1- Estamos a favor de la vida del Niño por Nacer y de la Mujer Madre.
2- Estamos en contra del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
3- El Estado DEBE defender la vida de cada habitante desde la concepción hasta la muerte natural, implementando políticas públicas que:
a. Establezcan como prioritaria la educación sexual integral de la ciudadanía, en la que se fomente y capacite para la decisión libre y responsable de concebir una vida humana.
b. Reconozcan la dignidad de la vida humana desde el comienzo de su concepción pasando por todas las etapas de su desarrollo e implementen acciones tendientes a encarar las causas de la violencia hacia la mujer, que generen nuevas pautas de conductas basadas en el respeto al otro.
c. Acompañen y sostengan a las mujeres embarazadas en cualquier situación de vulnerabilidad, SIEMPRE defendiendo la vida del binomio: madre e hijo, sin DESCARTAR A ninguno de ellos.
d. Acompañen, desde lo social, las situaciones de conflicto y atiendan las heridas que quedan por sanar en quienes están atravesando por estas situaciones.
e. Faciliten los caminos para la ADOPCIÓN, porque somos testigos de que muchos matrimonios fueron marginados de la posibilidad de adopción porque no tenían, por ejemplo, título de su vivienda.

Con todo esto exhortamos a cada diputado, a cada senador y a todos los líderes políticos, sobre todo a los correntinos, que fueron elegidos en sus cargos también por muchas mujeres y hombres que defienden la vida como un Derecho Fundamental, originario de cada uno de los individuos y ciudadanos que conformamos esta Nación y esta Provincia, a defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural, pues ellos tienen en sus manos la responsabilidad de nuestro futuro como sociedad.
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