Viernes 26 de julio de 2024

Mons. Bressanelli celebró un nuevo aniversario de su ordenación episcopal

  • 13 de mayo, 2024
  • Comodoro Rivadavia (Chubut) (AICA)
"Los recuerdo con cariño, pero sobre todo desde el amor de Jesucristo en la fe, en la comunión de que somos un solo Cuerpo donde Él es la Cabeza", expresó el obispo emérito de Neuquén.
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El obispo emérito de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli SCJ, celebró, el pasado 12 de mayo, el 19° aniversario de su ordenación episcopal con una misa en la catedral San Juan Bosco.

Allí, en el marco de la solemnidad de la Ascensión del Señor, destacó que esta se trata de “una fiesta que para nosotros es una promesa, una certeza y un compromiso”. “Después de haber marcado cuál es el camino que conduce a Dios, Jesús nos ha regalado desde la cruz algo maravilloso. Él comparte con nosotros su dignidad de Hijo de Dios. Pero no sólo una dignidad para vivir en esta tierra, sino una dignidad que tiene dimensiones de eternidad”, sostuvo.

“¿Creemos realmente en la vida eterna?”, preguntó, y señaló que “esa es nuestra morada, esa es nuestra meta. El misterio de Cristo se completa sólo cuando nosotros lleguemos al cielo”.

Por eso, invitó a renovar “lo que en el credo decimos muchas veces: creo en la vida eterna”. Esa meta, planteó, tiene que ser pensada, tiene que ser rezada, “porque nadie de nosotros la gana por sí mismo, sino que es la gracia de Dios en nosotros que nos hace capaces de llegar hasta ahí”.

“Lo más maravilloso que ve el sacerdote es la santidad de la Iglesia en aquellos fieles que realmente conocen el credo y lo viven, y viven en esta perspectiva de la vida eterna”, consideró, y expresó: “Qué maravilloso fue siempre el poder asistir a los enfermos y ver cómo, en esos momentos, el que realmente ha hecho un camino de fe aspira a entrar en la vida eterna”.

“En el ocaso de la vida, porque bueno, tengo mis 82, más que nunca valoro el que estamos caminando hacia una meta. Valoro que la vida no fue desperdiciada, aunque no haya sido todo lo fiel, todo lo bueno que hubiese debido ser”, añadió.

Pero más allá de eso, indicó: “Qué maravilloso que es pensar que voy al encuentro de mi Papá, Dios. Esa será también nuestra ascensión. Será el momento en que el Padre nos juntará. Ese Padre Dios que es uno con el Hijo y el Espíritu Santo. Un abrazo triple vamos a tener en las tres personas de la Trinidad. Tenemos que pensar en eso”, animó.

“Hoy también Jesús nos dice: preparen ese camino, vayan y evangelicen. Es tarea de toda la Iglesia: vayan con la buena noticia de que Dios nos espera, que hay morada para todos y que esa morada es la eterna”, invitó.

A su vez, deseó que nadie se pierda: “Es una oración que hago muchas veces. Se lo digo a Jesús, que no quiero entrar en el cielo sin esa gente. Todas las noches rezo por la diócesis de Comodoro, mi primer amor, yo digo, y también por la diócesis de Neuquén”.

“Yo estoy muy agradecido por esta Iglesia. Me he sentido muy feliz. No faltaron problemas y siempre algún pollito fuera del gallinero uno tiene, ¿verdad? Qué lindo que es también cuando el obispo, el cura, sale del gallinero para traer al que salió”, sostuvo.

En ese sentido, explicó: “Los recuerdo con cariño, pero sobre todo desde el amor de Jesucristo en la fe de la Iglesia, en la comunión de que somos un solo Cuerpo donde Cristo es la Cabeza”.

“Y soy muy feliz por el obispo que han tenido después de mí, Joaquín. Fue un gran hombre para mí como vicario. Hemos compartido como hermanos, realmente. Y ahora, estoy muy feliz también por el padre obispo Jorge”, prosiguió.

Monseñor Bressanelli concluyó animando a los presentes a que “sigan orando mucho por nosotros, para que lleguemos a la morada y no solo la prediquemos. Y, en segundo lugar, oren muchísimo por el regalo que tienen en el nuevo obispo. Que Dios los bendiga, y yo me uno a la oración de este pueblo por su obispo, y para que la misión de Jesús la podamos cumplir lo mejor posible”.+

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