Miércoles 27 de noviembre de 2024

Catequesis del Papa: Caminar en el Espíritu es dejarse guiar por Él

  • 3 de noviembre, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco prosiguió este miércoles con el comentario de la Carta a los Gálatas y recordó que Dios "es siempre más fuerte que nuestras resistencias y más grande que nuestros pecados".
Doná a AICA.org

"Creer en Jesús significa seguirlo, ir tras Él por su camino, como hicieron los primeros discípulos. Y al mismo tiempo es evitar el camino opuesto, el del egoísmo", explicó esta mañana el papa Francisco durante la audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI, continuando con su ciclo de catequesis sobre la Carta de san Pablo a los Gálatas, centrada en el tema 'caminar según el Espíritu' e instó a los fieles a dejarse “guiar por Él en nuestro seguimiento de Cristo”. 

Al seguir este camino, el cristiano adquiere una visión positiva de la vida. Esto no significa que el mal presente en el mundo haya desaparecido, o que hayan desaparecido los impulsos negativos del egoísmo y el orgullo; más bien significa creer que Dios es siempre más fuerte que nuestras resistencias y más grande que nuestros pecados. Y esto es importante: creer que Dios es más grande, siempre. Más grande que nuestras resistencias, más grande que nuestros pecados.

Camina junto a la comunidad
El apóstol Pablo invita a la comunidad cristiana a seguir este camino, pero la exhortación a dejarse guiar por el Espíritu lo siente necesario también para él. "No dice: 'Yo soy el jefe, ustedes son los demás'". Pablo sabe que aún no alcanzó su objetivo y quiere caminar junto a todos, siendo el primero en dar ejemplo.

Caminar según el Espíritu no es sólo una acción individual, continúa Francisco, sino de toda la comunidad y esto es "emocionante", pero también "desafiante".

Los deseos de la carne, las "tentaciones" que todos tenemos, es decir, la envidia, el prejuicio, la hipocresía, el resentimiento, se siguen sintiendo, y recurrir a unos preceptos estrictos puede ser una tentación fácil, pero al hacerlo, uno dejaría el camino de la libertad y, en lugar de subir a la cima, volvería hacia abajo.

Para poder combatir los “deseos de la carne” que no favorecen la comunión, es necesario dar espacio a la gracia y a la caridad. 

El Apóstol exhorta a los cristianos a asumir unos las dificultades del otro y a actuar con mansedumbre con el que yerra, velando por sí mismo para no caer igualmente en el error.

Saber corregir a los demás
El amor es la regla suprema para poder seguir el camino de Cristo, nos hace conscientes de nuestra propia fragilidad, y nos hace misericordiosos y solidarios con las dificultades y debilidades de los demás. 

El Papa invitó a corregir a los demás de manera suave y dulce, usando la mansedumbre. Así como lo haríamos con nosotros mismos. Porque “qué es fácil criticar a los demás”, argumentó. 

Franscico señaló las palabras de san Pablo para saber corregir a alguien que se equivoca dentro de una comunidad: “Hermanos, si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes, los que están animados por el Espíritu, corríjanlo con dulzura. Piensa que también tú puedes ser tentado. Ayúdense mutuamente a llevar las cargas”. 

Explicó que la mansedumbre, previene del chisme, de hablar a las espaldas de los demás; “salva de despellejar al prójimo” con la propia lengua, esto “no es según el Espíritu”. Pidió humildad también para evitar caer en esas mismas equivocaciones. 

“De hecho, cuando tenemos la tentación de juzgar mal a los otros, como sucede a menudo, debemos sobre todo reflexionar sobre nuestra propia fragilidad.”, sostuvo. 

Los doctores en chismorreo
Luego señaló que existen personas “graduadas en chismorreo”, en despellejar con la lengua a los demás. “Todos los días critican a los demás”, sin mirar lo que ellos mismo hacen". 

“Está bien preguntarnos qué nos impulsa a corregir a un hermano o a una hermana, y si no somos de alguna manera corresponsables de su error”, afirmó. 

Entonces, invitó a actuar según el Espíritu Santo, “además de donarnos la mansedumbre, nos invita a la solidaridad, a llevar los pesos de los otros”. 

Y reflexionó: “¡Cuántos pesos están presentes en la vida de una persona: enfermedad, falta de trabajo, soledad y dolor! ¡Y cuántas otras pruebas requieren la cercanía y el amor de los hermanos!”

Entretanto, exhortó a corregir a los demás, como enseñaba “San Agustín” comentado el mismo pasaje: «Por lo tanto, hermanos, si un hombre está implicado en alguna falta, […], instúyelo con espíritu de mansedumbre. Y si levantas la voz, que haya amor interiormente. Si exhortas, si acaricias, si corriges, si te muestras duro: ama y haz lo que quieres» ”. La regla suprema de la corrección fraterna es el amor: querer el bien de nuestros hermanos”. 

Rezar antes de abrir la boca
Además, invitó a rezar en silencio para tolerar los defectos de los demás. La oración interior para luego encontrar el camino justo para llegar a corregir al hermano. “Y esto no es fácil, el camino más rápido es el chismorreo, despellejar al otro, como si yo fuera perfecto.”, apuntó el Papa. “Y esto no se debe hacer”. 

Por último, saludó a los peregrinos. “Los invito a dejarse interpelar por las palabras de san Pablo: ¿Caminamos según el Espíritu o nos quedamos encerrados en deseos mundanos? Si nos dejamos guiar por el Espíritu, también estamos llamados a acompañar a los que más sufren, a rezar por ellos, a ayudarlos de una manera concreta”. 

“Los animo a seguir en este camino con paciencia y alegría. Que Dios los bendiga. Muchas gracias”, concluyó.+