Card. Porras Cardozo: "Quiero atender los clamores de un pueblo sumido en honda crisis"
- 13 de julio, 2018
- Caracas (Venezuela)
Al recibir el nombramiento como administrador apostólico de la arquidiócesis de Caracas, el cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo de Mérida, dirigió su primer saludo y bendición a los fieles. "No traigo ningún plan preconcebido, pues lo primero que quiero hacer es escuchar y atender los clamores, necesidades y expectativas de un pueblo sumido dramáticamente en la honda crisis que padece el país", expresó.
"Quiero hacerles llegar mi primer saludo y bendición, poniéndome en las manos del Señor al servicio de las angustias y los gozos, de las esperanzas y anhelos de quienes residen en nuestra región capital", expresó el purpurado, que sucederá al cardenal Jorge Urosa Savino, con quien compartió su formación como seminaristas, luego como superiores y por más de tres décadas, como obispos.
"No traigo ningún plan preconcebido, pues lo primero que quiero hacer es escuchar y atender los clamores , necesidades y expectativas de un pueblo sumido dramáticamente en la honda crisis que padece el país; oír a los agentes pastorales, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, que han llevado y llevan el trabajo evangelizador, de asistencia social y promoción humana; y estar atento a las muchas urgencias y propuestas de instituciones públicas y privadas, cuyas opiniones representan y tienen eco en la ciudad y en el país", aseguró.
El cardenal Porras Cardozo manifestó su intención de "buscar juntos respuestas y salidas que ayuden a nuestras gentes a sentir la mano amiga y fraterna que no tiene otro objeto sino el respeto y promoción de los valores y derechos humanos acordes con nuestra dignidad y la vigencia del bien común. Para ello contamos con la apertura a la acción del Espíritu Santo que nos hace evangelizadores con espíritu", afirmó.
"La preocupación por los nuevos rostros de la pobreza, que acosan a buena parte de nuestra gente, nos llevará a dinamizar una pastoral misionera y misericordiosa en la que la tradicional generosidad de nuestra gente nos hace constatar el permanente milagro de la multiplicación de los panes y los peces. El mandato evangélico y la exigencia del Papa Francisco nos impulsan a ser una Iglesia ?en salida?", añadió.
El purpurado consideró que "salir de la propia comodidad, personal y comunitariamente, es el mejor ingrediente para que crezca la fe, se potencie la esperanza y se multiplique el servicio de la caridad y atención al prójimo", y advirtió: "Que no sean la desilusión paralizante ni la inercia las que nos aplasten y desanimen. Por el contrario, las dificultades son oportunidad valiosa para desatar los entuertos que los propios humanos armamos. Es la ocasión apremiante para la búsqueda mancomunada y desinteresada del bienestar material y espiritual con el que todos soñamos", sostuvo.
"Estoy seguro que contaré con la ayuda y el impulso de la dinámica pastoral caraqueña. La presencia eclesial en las zonas populares y al servicio de los más desamparados y ancianos, en la educación a todos los niveles, en los muchos servicios de atención social, son la mejor muestra de una Iglesia viva", aseguró.
"Tiempo habrá para motivar con creatividad y audacia, lo que el Espíritu nos señale. A la luz del Señor quiero estar siempre dispuesto a reconocer los tiempos de Dios y de Su Gracia, para no desperdiciar las inspiraciones del Señor ni dejar pasar su invitación a crecer. Y para defender y promover los derechos humanos de todos y en particular de los más pobres, reprimidos, excluidos", insistió.
En ese sentido, recordó especialmente "el triste y reprobable asesinato del sacerdote Irailuis García de Barquisimeto, que se une así a la interminable lista de caídos fruto de la violencia sistemática, irracional y trágica que arranca vidas, enluta familias y destruye la convivencia de comunidades y de la sociedad en general", indicó. "Que el Padre de toda misericordia y todo consuelo acoja en Su Reino a los fallecidos, dé paz y esperanza a sus familiares y amigos, y a todos la memoria, la lucidez y el compromiso de dar vigencia al mandato secular de ?No matarás?", pidió.
Finalmente, unió en su plegaria "al fraterno pueblo nicaragüense que sufre los embates de una violencia absurda y llora la muerte de centenares de sus hijos" y se puso "a la disposición de todos, junto con mis más cercanos colaboradores, para el bien común que nos urge en la construcción de una sociedad más justa y más fraterna".
"Pongo este servicio episcopal a los pies del Nazareno de San Pablo, devoción entrañable desde mi niñez, y beso el relicario de la Virgen Santísima de la Consolación, devoción familiar que me ha acompañado toda la vida; nos acompañe y guíe el ejemplo de convicción y entrega del doctor José Gregorio Hernández, modelo de virtudes cívicas y cristianas, tan cercano a la inmensa mayoría del pueblo creyente. Reciban mi bendición episcopal y, como el Papa Francisco, recen por mí y por la Iglesia que peregrina en Caracas", concluyó.+