Card. Fernández: La oración por el Papa, un llamado a la esperanza por los sufrientes del mundo

El purpurado invitó a los fieles a unir sus plegarias no solo por la salud del Papa Francisco, sino por todos aquellos que enfrentan las dolorosas realidades de la guerra, la pobreza y la enfermedad.

"Rezamos no solo por el Santo Padre, sino por todos aquellos que llevan la pesada carga de la guerra, la pobreza y la enfermedad." Con estas palabras del cardenal Víctor Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, se dio inicio este virnes a una tarde de profunda reflexión y oración en la Plaza de San Pedro. En un gesto que reflejó la compasión y el espíritu de unidad del Pueblo de Dios, miles de fieles se reunieron para rezar por la salud del Papa Francisco, al tiempo que extendían sus plegarias por todos los que atraviesan momentos de sufrimiento.

En su intervención, el cardenal Fernández subrayó que la oración por el Papa no es solo un acto de devoción personal hacia el obispo de Roma, sino una invocación que trasciende lo individual y se dirige a los más necesitados. Según él, esta plegaria se extiende hacia aquellos que hoy enfrentan las calamidades del mundo, invitando a los fieles a unirse no solo por el bienestar del Papa, sino por todos los que sufren en situaciones de crisis, como las víctimas de la guerra o la pobreza.

El rezo del Rosario, que se ha convertido en un acto de devoción colectiva por cuarto día consecutivo, fue acompañado por la meditación de los Misterios Dolorosos. Algunos portaban banderas de países como Brasil, reflejando la naturaleza universal de la oración. En este contexto, el cardenal Fernández invitó a los presentes a caminar "juntos", recordando que, incluso cuando cada uno regresa a su hogar después del rezo, la comunión en la fe sigue viva.

La presencia del icono de la Madre de la Iglesia durante el rezo mariano añadió un significado especial a la ceremonia. Con los ojos fijos en el icono mariano y con el corazón dirigido a todos los que sufren en el mundo, los fieles fueron partícipes de un acto que, como destacó el purpurado, no solo se centró en la figura del Papa, sino que fue un recordatorio de la necesidad de oración constante por los más vulnerables. La luz de la esperanza, evocada al final de la oración con el clamor Oremus pro Pontifice, se convirtió en un faro para los corazones que anhelan paz y justicia para todos.

Así, la oración por Francisco fue transformada en una oración por el mundo, un acto de fe que renovó el compromiso de los fieles hacia aquellos que más lo necesitan.+