Viernes 26 de abril de 2024

Para el Card. Cantalamessa, la liturgia es el punto de llegada de la evangelización

  • 24 de marzo, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El predicador de la casa pontificia pronunció un cuarto sermón hoy, centrado en el culto religioso.
Doná a AICA.org

El cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la casa pontificia, pronunció este viernes 24 de marzo, en presencia del papa Francisco y los miembros de la Curia Romana, en el Aula Pablo VI, su cuarto sermón de Cuaresma. Después de haber reflexionado anteriormente sobre evangelización y teología, el predicador de la casa pontificia centró su cuarta enseñanza en la liturgia.

“La liturgia -dijo al comienzo de su reflexión- es el punto de llegada, es decir hacia donde tiende la evangelización”. En ese sentido, el cardenal capuchino afirmó que “si faltara el sentido de lo sagrado, faltaría también el suelo o el clima en el que florecería el acto de fe”. 

El predicador invitó a ver los medios por los cuales “la Iglesia puede ser, para los hombres de hoy, el lugar privilegiado de una verdadera experiencia de Dios y de lo trascendente”. En este sentido, es cierto que la primera "ocasión en la que pensamos, también por la similitud externa, es en las grandes reuniones promovidas por las diferentes Iglesias cristianas”, expresó, pero agregó que “la ocasión por excelencia y la más común para experimentar lo sagrado en la Iglesia, es la liturgia”.

La liturgia católica, recordó, se transformó en poco tiempo, pasando de una “acción con una fuerte impronta sacra y sacerdotal a una acción más comunitaria y participativa, donde todo el pueblo de Dios hace su parte, cada uno con su propio ministerio”. Por tanto, “La Iglesia es el salón del banquete y la Eucaristía, la Cena del Señor preparada en él”.

Continuando con su reflexión, el predicador de la casa pontificia explicó el proceso de transformación de la acción litúrgica, desde su carácter sacerdotal y sagrado a la acción comunitaria y participativa. 

Luego, durante siglos, señaló que “la parte central de la misa, el canon, pasó a ser pronunciado en latín por el sacerdote en voz baja, detrás de una cortina o de un muro, fuera de la vista y del oído del pueblo”. La Iglesia fue entonces llamada a hacer el esfuerzo del cambio, para poder entrar en su dimensión participativa de “pueblo”, según el espíritu del Concilio Vaticano II. Porque, dijo el cardenal, "el presente de la Iglesia nunca es una negación del pasado, sino un enriquecimiento del mismo o, como en el presente caso, un ir más allá del pasado reciente para redescubrir el pasado más antiguo y original”.

En esta evolución de “la Iglesia entendida como pueblo” se puede percibir algo “similar a lo que ocurre con la Iglesia entendida como edificio”. Porque, cualquiera que sea el cambio o la transformación que se pueda operar, “es siempre la misma Iglesia, dedicada al mismo oficio santo”.

La liturgia, misterio de lo sagrado
Al abordar la percepción de la liturgia como un misterio de lo sagrado, el cardenal Cantalamessa reflexionó: “El sentido de lo sagrado es muy fuerte allí, pero después de Cristo, ¿es justo y auténtico?”.

El purpurado invitó a considerar la liturgia como un lugar de manifestación del "gran misterio de la fe", que debe suscitar nuestra "admiración y asombro", recordando las palabras de san Francisco de Asís: "¡Que el mundo entero tiemble y alégrense los cielos, cuando Cristo, Hijo del Dios vivo, está sobre el altar, en manos del sacerdote!”

El cardenal Cantalamessa advirtió que es también "cuestión de no desperdiciar esta oportunidad, que la liturgia renovada ofrece, con improvisaciones arbitrarias y bizarras".

La liturgia, una riqueza para el crecimiento espiritual
“La liturgia de hoy es muy rica en la Palabra de Dios, sabiamente ordenada según el orden de la historia de la salvación”, subrayó también. En este sentido, invitó a “aprovechar estos medios” que ofrece este misterio para nuestra sanación. Porque, afirmó, "nada puede tocar más profundamente el corazón del hombre y hacerlo sentir la trascendente realidad de Dios que una Palabra de Dios viva, proclamada con fe durante la liturgia y que toca la vida".

Además, recordó que el desarrollo pleno solo puede lograrse a través de la experiencia personal y comunitaria. Es de esta manera que la liturgia puede ser percibida como "una oportunidad para una experiencia de lo sagrado, no solo a nivel individual, sino también a nivel comunitario ”, concluyó el cardenal Cantalamessa.+