Bautismos y una comida solidaria en Plaza de Mayo por la Navidad

El arzobispo de Buenos Aires, Mons. Jorge García Cuerva, bautizó a niños y también personas mayores en la catedral porteña. Luego, hubo fiesta con una mesa tendida para personas en situación de calle.

El arzobispo de Buenos, monseñor Jorge García Cuerva, bautizó el 22 de diciembre a numerosos niños y también a personas mayores en la catedral de Buenos Aires, y luego se realizó una comida, con música, regalos y festejos alrededor de largas mesas, en una vereda de la Plaza de Mayo.

La invitación virtual decía: “Bautismos en Plaza de Mayo. Te invitamos a celebrar junto a nuestros amigas y amigos en situación de calle. ¡Te esperamos para compartir una gran fiesta!”.

En el presbiterio, delante del altar, el arzobispo iba administrando el bautismo a cada uno de quienes se acercaban o eran llevados, junto con sus padrinos y padres, tras haber formado una fila en la nave principal. Allí, derramaba agua de una jarra sobre la cabeza de cada uno, diciendo: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

Cerca suyo estaba el obispo auxiliar y vicario general, monseñor Gustavo Carrara, y, al irse el bautizado y los familiares, los saludaba, hacía la señal de la cruz en la frente de algún niño y algunas familias se fotografiaban con él.

Los familiares de Marcelo, de siete años, procedente de Merlo, estaban todos felices. "Tiene siete años -comentó el padrino- y, por h o por b, se fue demorando el bautismo; aunque queríamos bautizarlo".

Al concluir los bautismos, el arzobispo habló a los padrinos, recordándole a cada uno que debía ser la luz en el camino de su ahijado, para que sea buena persona, que esté cerca de Jesús. Mientras, los presentes encendieron velas; el arzobispo animó a los padrinos a guardarlas, para que no se olviden del compromiso delante de Dios de acompañar y ayudar a sus ahijados.

Hubo también cantos y quien dirigía desde el micrófono expresó que no se debía pasar de largo ante las necesidades del prójimo, y dijo que alrededor de la mesa nos reconocemos todos hermanos y hermanas.

La calle no es un lugar para vivir
Terminada la ceremonia, algunos acercaron delante del altar una tela, donde pusieron una guitarra, una pelota de fútbol y otros elementos, y un cartelón que decía “La calle no es un lugar para vivir”, y tomaron fotos. El cartel tenía abajo pequeños logos de entidades –entre ellos, se veía el de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA)-  y un aviso: “Si conocés a una persona en situación de calle, contalo al 11-4915-9470”.

Hubo cantos, aplausos y oraciones al final. Monseñor García Cuerva pidió que Dios bendiga a todos y que Jesús nazca en los corazones y nos regale su paz.  Encabezó, a continuación, el rezo del Padre Nuestro y del Ave María.

Mientras se realizaba la ceremonia dentro del templo, con muchos asistentes, afuera había ya gente sentada o caminando alrededor de las mesas tendidas para la fiesta. Había un arbolito de Navidad, viandas preparadas especialmente, regalos, unos músicos con batería y hasta alguien que cortaba el pelo a los que lo precisaran en un costado. Luego de los bautismos, la celebración se compartió festivamente en la Plaza de Mayo, en la zona donde habitualmente reciben alimentos quienes están en situación de calle.+