Bahía Blanca: renace la esperanza en medio de la tragedia
- 21 de marzo, 2025
- Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
Este momento de crisis puso de relieve la fuerza de la comunidad, su capacidad para levantarse y la importancia de la solidaridad en tiempos de adversidad. La respuesta de la comunidad salesiana.

La ciudad de Bahía Blanca, al sur de la provincia de Buenos Aires, fue golpeada por un devastador temporal que provocó inundaciones masivas, graves daños materiales y numerosas víctimas fatales. Cuatro presencias del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora (IDMA) se vieron afectadas por las consecuencias de la tormenta, pero la solidaridad y el compromiso de la comunidad abrieron espacio a la esperanza.
La directora general del Colegio María Auxiliadora, Valerie Aimé, compartió el dolor vivido en los primeros días tras la tragedia: "Estoy sin conexión, sin luz. El colegio es un caos. En mi casa, el agua alcanzó un metro y medio, con barro y desechos cloacales. Perdimos muchísimo. Nadé en mi casa, no hacía pie". Además, destacó las pérdidas humanas, incluyendo vecinos cercanos. Sin embargo, señaló que la esperanza que emergió a través de la solidaridad: "Alumnos, exalumnos y docentes se organizaron con amor y generosidad. Se recolectaron alimentos, se prepararon viandas y se distribuyeron a las familias más afectadas".
Desde el centro de la ciudad, la hermana Silvia Heit, directora de la Casa de Salud y Pensionado Universitario Madre Mazzarello, subrayó la importancia de tener paciencia y confianza en la providencia en tiempos difíciles: "Es necesario tener mucha paciencia y mucha confianza en Dios".
En el barrio Maldonado, una de las zonas más afectadas debido a su cercanía con el arroyo homónimo, se encuentra la Casa Laura Vicuña, que alberga al Aspirantado y al centro de día. A pesar de las dificultades, este espacio es ahora un símbolo de renacimiento, ya que el 15 de marzo tres jóvenes recibieron su medalla de aspirantes, iniciando formalmente su camino de formación y crecimiento.
El Colegio Marina Coppa y Sagrado Corazón, aunque no sufrió mayores daños, se comprometió con la comunidad desde el primer momento, apoyando a las 25 familias afectadas dentro de su comunidad educativa. A través de la colaboración con la parroquia salesiana y las actividades barriales, se organizaron espacios de acopio y distribución de ayuda, al tiempo que se ofreció contención a los educadores.
La hermana Silvia Boullosa, Inspectora del Instituto, se hizo presente desde los primeros días, acompañando a las presencias de la institución y participando en celebraciones de agradecimiento por la solidaridad recibida de todo el país e incluso del extranjero. En este tiempo de dolor, la solidaridad y las oraciones son fundamentales para las familias afectadas, y se reflexiona sobre la importancia de cuidar la "Casa Común", especialmente en relación con el cambio climático.
Mensaje de los Salesianos de Bahía Blanca
El padre Guillermo Tanos SDB, director de la Casa Salesiana Emaús y rector de la Universidad Salesiana Argentina, envió un mensaje a la Familia Salesiana destacando la gratitud y esperanza en medio de la tragedia. A pesar de las secuelas profundas de la catástrofe, expresó su orgullo por la generosidad de los jóvenes de las obras salesianas, que se volcaron a ayudar desde el primer momento.
El trabajo conjunto con el Estado municipal, Cáritas Diocesana y el Hogar de Cristo fue esencial para brindar asistencia a la comunidad. En los días posteriores a la inundación, se organizaron ollas populares y brigadas de voluntarios para atender las necesidades más urgentes. "Los jóvenes voluntarios fueron los primeros en salir al encuentro de los más necesitados, llevando no solo comida, sino también esperanza", señaló el padre Tanos.
El apoyo de las obras salesianas fue reconocido por la sociedad bahiense, que valora el esfuerzo de los directores y equipos de trabajo en la atención de las necesidades inmediatas. Además, se organizó un sistema para clasificar y distribuir las donaciones de manera eficiente, asegurando que lleguen a las zonas más alejadas.
Aunque la tristeza por la situación sigue presente, el sacerdote concluyó con un mensaje de esperanza: "Estamos con dolor por la tristeza de nuestro pueblo, pero con mucha fe y esperanza en la misión salesiana". La solidaridad de la Familia Salesiana, tanto local como internacional, es un faro de esperanza en medio de esta difícil situación.+