Jueves 21 de noviembre de 2024

Arzobispado de Lima: La pandemia aumentó el trabajo infantil

  • 12 de junio, 2020
  • Lima (Perú) (AICA)
"La pandemia obligó a muchos menores a realizar trabajos inadecuados para su edad, a fin de ayudar a sus familias en condiciones de extrema pobreza", advirtió el arzobispado de Lima.
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En un informe especial publicado con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se recuerda hoy, el arzobispado de Lima, Perú, advierte que “La pandemia obligó a muchos menores a realizar trabajos inadecuados para su edad, a fin de ayudar a sus familias en condiciones de extrema pobreza”.

El informe, publicado en la sitio web del arzobispado limense destaca que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), según el cual se estima que, debido al COVID-19, la tasa de trabajo infantil en Perú, de alrededor de dos millones, podría incrementarse hasta en tres puntos porcentuales.

En un informe especial publicado con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se recuerda hoy, el arzobispado de Lima, Perú, advierte que “La pandemia obligó a muchos menores a realizar trabajos inadecuados para su edad, a fin de ayudar a sus familias en condiciones de extrema pobreza”.
El informe, publicado en la sitio web del arzobispado limense destaca que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), según el cual se estima que, debido al COVID-19, la tasa de trabajo infantil en Perú, de alrededor de dos millones, podría incrementarse hasta en tres puntos porcentuales.

En medio de esta realidad, la Iglesia de Lima reconoce el esfuerzo solidario de las parroquias y el trabajo en conjunto con las comunidades de laicos para acudir a las calles de la ciudad y ofrecer ayuda a cientos de niños trabajadores.

Antes de la cuarentena, la parroquia Nuestra Señora del Camino tenía implementado hasta cuatro comedores para atender a más de 450 niños, niñas y adolescentes, sin embargo, según su párroco, el padre Néstor Juipa, a causa de la pandemia se vieron obligados a cerrar sus instalaciones:

“Solíamos atender a cientos de menores para que almuercen antes de ir a estudiar, pero con la expansión del Covid-19 ya no podemos cocinar, en cambio, llevamos los víveres a sus casas para que sigan alimentándose”

Asimismo, relata que las donaciones de víveres llegan gracias a la gestión de la parroquia con otras instituciones, lo que representa una acción solidaria que ayuda a todos los niños que en estos momentos no pueden continuar beneficiándose del Proyecto Integral Para Una Niñez Feliz, una iniciativa que ofrecía educación básica a muchos menores. 

Al respecto agregó: “Como Iglesia respondemos al compromiso de Cristo con los más vulnerables, los más pobres, y queremos que ellos también tengan esta oportunidad para desarrollarse y crecer respondiendo al Evangelio”

En tanto -señala el sacerdote- la Vicaría de la Pastoral Social y de la Dignidad Humana-Cáritas Lima, están colaborando con los más de treinta niños que acudían a la Guardería Santa María y con los ciento cincuenta niños vulnerables de la cuna parroquial. De este modo entregaron cuadernos y libros para su desarrollo educativo. Mientras Cáritas Lima les permite dar un apoyo fundamental para que los padres no salgan a trabajar con sus hijos, sino que ellos se queden en las cunas.

“Todo niño tiene derecho a vivir su etapa de niñez, a desarrollarse y crecer, a jugar y a ser protegido, para que cuando crezca pueda construir una sociedad más humana y fraterna”

El padre Carlos Eli Valderrama Arones, párroco de San Lázaro afirma por su parte que “el primer derecho de un niño es el derecho a la felicidad, a la alegría y al juego”, porque es constitutivo de cada niño. “El segundo derecho es a la alimentación, la salud y la educación”. Mientras: “Por culpa del trabajo infantil los niños se privan de la oportunidad de crecer sanamente”.

En esta parroquia existe la solidaridad gracias al corazón de sus laicos, que se han organizado para ayudar a los niños que viven en la cercanía donde “salen desde temprano a pedir limosna”, cuenta el Padre Valderrama. Pero gracias a los donativos semanales que reciben de Cáritas Lima, esta comunidad puede llegar a muchos hogares y familias que pasan necesidades. Y precisa: “Si queremos abordar el tema seriamente tenemos que defender los derechos fundamentales del niño, pero también ver la realidad y cómo podemos intervenir para transformarla. Nosotros no tenemos horario porque los pobres no son nuestro trabajo, son nuestra misión, son nuestro quehacer diario. La Iglesia en salida se acerca a ese mundo de los disminuidos y descartados como lo son los niños que sufren la explotación”.

“Esta pandemia nos está enseñando que nosotros vivimos juntos en comunidad, que si el otro se cuida me cuida a mí y viceversa. Tal vez los templos están cerrados, pero la Iglesia se ha difuminado, está más viva que nunca”.

“Hoy más que nunca – concluye la nota del arzobispado– como Iglesia de Lima, nos unimos al llamado del Papa Francisco y hacemos eco de sus recientes palabras sobre el trabajo infantil: ‘En muchos casos se trata de formas de esclavitud y reclusión que provocan sufrimiento físico y psicológico. Todos somos responsables de esto’”. +