Con un contundente rechazo a los excesos, los obispos recordaron que "la violencia destruye la convivencia, debilita la democracia y lastima el alma del pueblo".
Frente al clima de violencia e inseguridad que vive el país andino, el episcopado peruano exhortó a la población a unirse por la paz y la defensa de la vida.
En la Cumbre Amazónica del Agua, Iquitos (Perú), el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, pidió que "cuidado de la creación y justicia social" caminen juntos.
Bajo el lema: "Peregrinos de esperanza, contruyendo el multilateralismo desde abajo", busca discernir caminos de acción pastoral y de incidencia ante los grandes desafíos que enfrenta el continente.