Viernes 22 de noviembre de 2024

A un año de su muerte, trasladan los restos del padre Di Mario

  • 6 de julio, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
En el primer aniversario de su fallecimiento, los restos del sacerdote Omar Di Mario, de la arquidiócesis de Buenos Aires, serán trasladados a la parroquia Buen Pastor, de la que fue párroco fundador.
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Al conmemorarse el primer aniversario del fallecimiento del presbítero Omar Di Mario, el domingo 10 de julio sus restos serán trasladados a la Parroquia Buen Pastor, de la que fue su primer párroco.

La misa estará presidida por monseñor Enrique Eguía Seguí, obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario general de la arquidiócesis, a las 12 en el templo parroquial ubicado en Aranguren 691, y a continuación sus restos serán depositados allí, como era su deseo. 

El padre Di Mario fue párroco de Nuestra Señora de Loreto durante la pandemia. Acompañó con entrega y generosidad a los enfermos de Covid-19 que estaban internados, administrando los sacramentos y acompañando a sus familias. El 6 de julio de 2021 falleció luego de una larga internación por haberse contagiado de coronavirus.

Breve biografía
El padre Omar Di Mario nació en Buenos Aires el 15 de diciembre de 1959. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el colegio parroquial Nuestra Señora de la Misericordia y a los 18 años, al terminar sus estudios, entró al Seminario Metropolitano. Fue ordenado diácono el 23 de marzo de 1985 y el 15 de noviembre del mismo año fue ordenado sacerdote por el cardenal Juan Carlos Aramburu. 

Luego del diaconado en la parroquia Inmaculada Concepción de Belgrano, su primer destino como Vicario parroquial fue en Santa Julia. En 1989 fue trasladado a la parroquia Santa Rosa de Lima, agregando una participación muy activa en la Pastoral de Juventud de la Arquidiócesis, y años más tarde también en la Acción Católica de Buenos Aires y el Movimiento Scout. 

A partir del año 1992 ejerció su ministerio como párroco en las parroquias Nuestra Señora del Perpetuo Socorro (1992-1996), Buen Pastor (1996-2003), de la que fue el primer párroco. En este tiempo (2000-2002) estuvo a cargo de la pastoral juvenil de la parroquia Santa Francisca Javier Cabrini. Luego fue párroco de Santa Magdalena Sofía Barat (2004-2017). Mientras estuvo en esta última, asumió al mismo tiempo la administración parroquial de San José del Talar (2010-2017), parroquia vecina, en un proyecto de unificación de los dos colegios parroquiales. Allí fue nombrado rector del Santuario “Nuestra Señora que desata los nudos” en 2010. Finalmente, en el mes de marzo de 2017, fue nombrado párroco de Nuestra Señora de Loreto. 

De fuerte espíritu misionero, alentó y participó en muchos grupos misioneros parroquiales, dejando una huella imborrable por donde pasó; además llegó a acompañar la misión arquidiocesana en África, tanto en Xai-Xai, Mozambique, en la década del 90, como en Lwena, Angola, en este último tiempo. 

Con mucho interés por el diálogo y la fraternidad, trabajó muy comprometido en el espacio ecuménico e interreligioso, siendo muy valorado su aporte para ayudar a las distintas comunidades a crecer en mutua comunión.

Durante la pandemia de Covid-19, desde el primer día acompañó a sus feligreses, especialmente a los enfermos. El 6 de julio de 2021, luego de una larga internación por haberse contagiado, partió a la Casa del Padre.+