"Ansiedad y obsesión por migrar", sienten los cristianos, alertó el patriarca caldeo, al recordar "la carga de muerte y destrucción" que sufrieron con el ascenso del EI y que aún padecen.
El patriarca volverá a Bagdad. En julio del año pasado, se había trasladado al Kurdistán iraquí, tras revocarse un decreto que también lo validaba como administrador de los bienes de la Iglesia.
El patriarca caldeo consideró "imprudente e irresponsable" el ataque de misiles iraníes contra Erbil y lamentó que el camino "del diálogo y la diplomacia" esté sofocado por el ruido de las armas.
Los líderes cristianos condenaron la "guerra devastadora" entre Israel y Hamás, y pidieron además justicia para las víctimas de la tragedia acaecida durante una boda cristiana en Qaraqosh.