Pidió confiar en la diplomacia, "absteniéndose de acciones y reacciones violentas". Rogó que el ejemplo de los mártires congoleños favorezca la paz y saludó a las mujeres que peregrinan en Polonia.
Tras el rezo del Ángelus, Francisco instó a decirle "no" a la soledad de los adultos mayores. También consideró que la venta de armas contradice el espíritu de hermandad de los Juegos Olímpicos.
Con gran dolor, el pontífice recibió la noticia de los ataques a los centros médicos de Kiev y a una escuela en Gaza, y espera y reza por el fin a las guerras.
En el último Ángelus de junio, Francisco pidió también que el "Sagrado Corazón de Jesús toque los corazones de quienes quieren la guerra, para que se conviertan a proyectos de diálogo y de paz".