En la audiencia general, el pontífice hizo un balance de su viaje apostólico a Marsella. "El mar es una cuna de civilización para la vida, no es tolerable que se convierta en una tumba", expresó.
En vuelo de regreso tras su visita a Marsella, el Papa fue categórico con el tema de la eutanasia: "Con la vida no se juega", e insistió en la necesidad de seguir acogiendo a los migrantes.
En su homilía, el Papa aseguró que quienes tienen fe "saltan de alegría" porque reconocen la presencia del Señor, e invitó a redescubrir en el Evangelio lo que hace bella la vida
Fue al cerrar los Encuentros Mediterráneos, donde animó a hacer de esa región un "principio y fundamento de la paz entre las naciones". Llamó a acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes