"El diálogo interreligioso entre los jóvenes requiere coraje, porque la juventud es la edad del coraje", señaló el Papa a los representantes juveniles de los credos.
El Papa se dirigió a ese centro asistencial y hospitalario de 90 años de antigüedad situado en las afueras de la ciudad. Allí, aseguró sus oraciones y su perdón a cada residente.
En su primer discurso dirigido a las autoridades y a los miembros de la sociedad civil y del cuerpo diplomático, ponderó tanto el crecimiento como el compromiso de ese país con la justicia social.
En su segundo día en esa ciudad-estado, Francisco visitó el Parlamento y luego mantuvo un encuentro con ambos dirigentes en el Palacio Presidencial.