En su reflexión semanal, el obispo de San Francisco alienta a profundizar en lo que anuncia el Evangelio: "El niño del pesebre es el Verbo eterno del Padre que ha venido a nosotros".
El obispo de San Francisco instó a participar con fe viva, "deseosos de desentrañar la gracia invisible que se nos ofrece a través de los signos visibles".
El obispo de San Francisco señala que "María está apurada, siempre apurada, para venir a nosotros, trayéndonos a Jesús, el fruto bendito de su vientre", y anima a seguir su ejemplo.
En su mensaje de Navidad, el obispo de San Francisco anima a "que tu corazón sea pesebre, altar y mesa para que María ponga allí al Niño Dios. Y que sea también pesebre, altar y mesa para los demás".