En un telegrama de condolencias, el Papa lo recordó como "un pastor firme en la fe y un predicador intrépido del Evangelio". El arzobispo emérito de Praga falleció el 4 de noviembre a los 84 años.
El arzobispo emérito de Praga fue uno de los intelectuales católicos más destacados de la República Checa. Bajo el régimen comunista, ejerció su ministerio desde la clandestinidad y estuvo preso.
El purpurado italiano, creado cardenal por Francisco en 2015, enfermo desde hace mucho tiempo, falleció en San Severino Marche. Tenía 86 años.
La curia arquidiocesana destacó que "deja el recuerdo de su entrega generosa, su cercanía y sus muchas anécdotas compartidas con alegría". El velatorio fue en la parroquia Perpetuo Socorro.