En Corpus Christi, el arzobispo sanjuanino animó a renovar el compromiso de vivir en comunión con Cristo y con los hermanos y deseó que sea "impulso para compartir con los más necesitados".
El arzobispo reflexiona a partir de la parábola del "Trigo y la cizaña" y pide: "Protejamos los brotes nuevos del trigo que va creciendo en niños y jóvenes, y seamos generosos en la siembra".
"Eso es pisotear su dignidad y pudre el tejido social", advirtió el arzobispo de San Juan durante la celebración patria y recordó: "Una Nación grande es la que sabe cuidar a los pequeños".
El arzobispo de San Juan de Cuyó reflexionó sobre la idea de los desiertos interiores y recordó: "Una de las mayores angustias que padece la humanidad es la soledad".