"Con su estilo sencillo y franco, pudo expresar el amor de Dios por los humildes y sufrientes", dijo el arzobispo, y resaltó su oración constante, la esperanza en la Palabra y devoción a la Virgen.
El arzobispo de San Juan dijo que Dios desaprueba exclusiones y discriminaciones, y consideró que "no es justo disfrazar de voluntad de Dios" la acumulación de poder, pisoteando la dignidad de otros.
El arzobispo invitó a "acoger en la vida la Palabra de Dios, en la Biblia y en los otros caminos por medio de los cuales sigue comunicando su amor, llamando a ser parte en el Reino que nos anuncia".
El arzobispo de San Juan de Cuyo transmitió la preocupación del Papa Francisco por este tema y pidió: "Seamos constructores de paz con la inteligencia humana, la artificial y el corazón de carne".