El arzobispo recordó que "en Navidad se celebra el realismo de una familia marginada, como lo fueron José, María y el Niño perseguido". Hoy como ayer estas familias piden que se les preste atención.
El sacerdote, de 59 años, falleció el viernes 27 de diciembre. Se encontraba internado en el Sanatorio Mayo de San Juan tras haber sufrido un ACV en el mes de noviembre.
Recordó que el Niño Dios "no viene de prepo, ni haciéndose lugar a los codazos. Él se ofrece", y agregó: "Solo hace falta estirar los brazos".
"Él asume nuestras fragilidades, las trata con sumo cuidado y respeto, sabiendo que, por nuestro parecido con Jesús, forman parte de nuestra historia sagrada", recordó el arzobispo de San Juan.