La organización caritativa lanzó una campaña solidaria y pide puntualmente ropa de abrigo, calzado, colchas y alimentos no perecederos para las familias damnificadas por el temporal.
Las diócesis se movilizaron rápidamente con redes de solidaridad y asistencia. "La tormenta no acaba con la esperanza", aseguran los voluntarios.
El pontífice también recordó el "grito doloroso" de las víctimas de la guerra y llamó al diálogo.
A más de dos meses de las inundaciones y gracias a una organización y logística rápida, la institución eclesial asistió con donaciones a más de 50 barrios de esta ciudad bonaerense.