Queridos hermanos y hermanas:
1. Con renovada esperanza estamos viviendo este mes de noviembre, que hemos iniciado celebrando el día de Todos los Santos, reavivando en nosotros el llamado universal a la santidad en nuestra vida cotidiana.
El pasado 7 de noviembre se llevó acabo de modo virtual un especial encuentro Diocesano de Pastoral, en el que pudimos conocer la vida y acciones que fueron desarrollando diversos grupos en el transcurso de este año tan particular. Fue un momento en el que la tecnología nos ayudó a acortar distancias para fortalecer la sinodalidad en la que queremos crecer como Iglesia diocesana. Pedimos al Buen Pastor que sostenga nuestro caminar con “pasión y esperanza”
2. Este mes está marcado también por la Jornada Mundial de los Pobres, bajo el lema “Tiende tu mano al Pobre”, frase inspirada en el libro del Eclesiástico. El papa Francisco, quien alienta esta jornada desde hace cuatro años, nos ha compartido un mensaje que les invito a leer y compartir en comunidad1. Aquí destaco algunas expresiones:
– La oración a Dios y la solidaridad con los pobres y los que sufren son inseparables (…) la bendición del Señor desciende sobre nosotros y la oración logra su propósito cuando va acompañada del servicio a los pobres. (n°2)
– La opción por dedicarse a los pobres y atender sus muchas y variadas necesidades no puede estar condicionada por el tiempo a disposición o por intereses privados. (n°3) ? Mantener la mirada hacia el pobre es difícil, pero muy necesario para dar a nuestra vida personal y social la dirección correcta. (n°3)
– La comunidad cristiana está llamada a involucrarse en esta experiencia de compartir, con la conciencia de que no le está permitido delegarla a otros (…) El grito silencioso de tantos pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse (…) e invitarlos a participar en la vida de la comunidad. (n°4)
– Esta pandemia llegó de repente y nos tomó desprevenidos, dejando una gran sensación de desorientación e impotencia. Sin embargo, la mano tendida hacia el pobre no llegó de repente(…) Uno no improvisa instrumentos de misericordia. Es necesario un entrenamiento cotidiano (n° 7)
– Encerrados en el silencio de nuestros hogares, redescubrimos la importancia de la sencillez y de mantener la mirada fija en lo esencial. Hemos madurado la exigencia de una nueva fraternidad, capaz de ayuda recíproca y estima mutua. (n° 7) ? “Tiende la mano al pobre” es, por lo tanto, una invitación a la responsabilidad y un compromiso directo de todos aquellos que se sienten parte del mismo destino. (n° 8)
– “En todas tus acciones, ten presente tu final” (Si 7,36). Acordarse de nuestro destino común puede ayudarnos a llevar una vida más atenta a quien es más pobre y no ha tenido las mismas posibilidades que nosotros (…) y a su vez a tener en cuenta que la finalidad de cada una de nuestras acciones no puede ser otra que el amor (…) Este amor es compartir, es dedicación y servicio, pero comienza con el descubrimiento de que nosotros somos los primeros amados y movidos al amor (…) Incluso una sonrisa que compartimos con el pobre es una fuente de amor y nos permite vivir en la alegría (…) En este camino de encuentro cotidiano con los pobres, nos acompaña la Madre de Dios que, de modo particular, es la Madre de los pobres. (n° 10)
Esta Jornada Mundial de los Pobres tiene que ayudarnos a reflexionar sobre cómo vivimos el compromiso social de nuestra vida cristiana, especialmente en el servicio a quienes más necesitan, y expresar así un aspecto central del Evangelio. A su vez, a la luz del Mensaje del Papa estamos llamados a contemplar este tiempo te pandemia para discernir las pobrezas que hoy más se manifiestan a nuestro alrededor y en el mundo en que vivimos para buscar juntos caminos claros de salida.
3. Por otra parte el domingo 15 a las 19.00hs en la Iglesia Catedral, en el marco de la Jornada Mundial de los Pobres, celebraremos la ordenación sacerdotal del diácono Lucas Barroso. Él, nació en la ciudad La Rioja, y se formó en el Seminario Virgen de Guadalupe y San José de la vecina provincia de San Juan. Desde hace dos años está viviendo y sirviendo en la Parroquia Inmaculada Concepción de Chepes. Damos gracias a Dios por regalarnos un nuevo sacerdote, y agradecemos a Lucas por su generosa respuesta. Como Pueblo Santo de Dios lo acompañemos con nuestra cercanía y oración.
4. Promediando el mes celebraremos la Fiesta de Cristo Rey, en la que destacamos la vocación y misión propias de los laicos en el mundo y en la Iglesia. Cuánto para agradecer el testimonio de tantos hermanos y hermanas que viven su fe buscando mejorar el mundo en que vivimos.
5. Finalmente, la última semana de noviembre daremos comienzo al tiempo de adviento, que nos preparará para celebrar la Navidad. Este tiempo marcado por la esperanza en el Dios que, para salvarnos, asumió nuestra naturaleza humana, y nació entre nosotros para entregar su vida generosamente como respuesta de amor a su Padre y a su pueblo. Que vivamos este mes con sencillez y esperanza. ¡Bendiciones y mucha paz!
La Rioja, 9 de noviembre de 2020.
Mons. Dante G. Braida, obispo de La Rioja